Los ciberataques se han convertido en una de las principales amenazas del siglo XXI, debido a que pone en riesgo la continuidad de los negocios y la confianza de los usuarios que se sienten vulnerables ante la pérdida de su información.
En el marco del Día Internacional de la Seguridad, que se llevará a cabo el próximo 30 de noviembre, la consultora Llorente y Cuenca (LLYC) presentó el “Informe de Riesgos en la Era de los Ciberataques”.
El informe destaca el uso de big data e inteligencia artificial, donde se analizaron más de 132,000 menciones en México, Panamá y República Dominicana entre enero y agosto de 2023.
Los resultados detallan que los ciberataques, el robo de base de datos y el espionaje son los tópicos que más les preocupan a las personas y los que más hablan los usuarios entre los países que incluye el análisis.
¿Cuáles son los temas que más preocupan en México?
El análisis señala que los temas de mayor relevancia en el país para los usuarios en línea fueron el pánico y la desinformación alrededor de incidentes detectados y amenazas de ciberataques.
En menor medida, pero con un potencial de crecimiento, se observó que conversaciones sobre la protección de datos, la educación y la concienciación, y las regulaciones están tomando mayor importancia entre los cibernautas.
Entre los temas más destacados en la conversación en línea destaca los hackeos, ransomware y los riesgos relacionados con la seguridad de ChatGPT, ya que los usuarios expresan preocupaciones acerca de su capacidad para generar software malicioso capaz de espiar.
Estos temores han generado conversaciones negativas y desencadenado incertidumbre por la falta de una acción proactiva y un liderazgo adecuado por parte de las empresas en cuanto a la comunicación, además de una carencia de planes premeditados para identificar y gestionar los riesgos que afectan su reputación.
Claves para gestionar ciberataques
De acuerdo con la firma LLYC existen cuatro claves para la gestión de las amenazas que dañan la reputación y la confianza de las organizaciones.
En primer lugar, se deben implementar estrategias de antifragilidad, es decir, cómo gestionar y cómo se comunica una situación de riesgo para que tenga el menor impacto posible en la reputación de las empresas.
En segundo lugar, las compañías deben implementar un programa de hipertransparencia, lo que significa que no se debe ocultar a sus clientes o usuarios que se ha sido víctima de un ciberataque. La transparencia sobre cómo ha ocurrido un ataque y las acciones de las empresas para proteger a los usuarios cobra más valor ante la ciberdelincuencia.
En tercer lugar se destaca la importancia de mitigar los riesgos cibernéticos y su impacto en la reputación empresarial, que no sólo es una tarea hacia fuera, sino también al interior de la compañía.
Finalmente, debe haber responsabilidad de todos, es decir, implementar una estrategia en función de la anticipación a los riesgos. LLYC señala que en este punto se debe convocar a quienes forman parte de las empresas y crear un cerco de protección en el que todos comprendan sus derechos y deberes ante una situación de riesgo.
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