El Plan de Reducción de Emisiones de la Ciudad de México es un grato cambio en la política, el cual incluye medidas que van más allá de los problemas atendidos históricamente.

Sin embargo, las propuestas anunciadas para los autos particulares difícilmente serán suficientes para conseguir que los capitalinos se bajen del coche, consideró Javier Riojas, Coordinador de la Licenciatura en Sustentabilidad Ambiental de la Universidad Iberoamericana.

Lo veo difícil. Hay otros factores que tienen que ver con el tema del uso masivo e irracional del automóvil. Su ocupación normalmente es de 1.5 personas por vehículo, lo que subocupa espacio y energía. La gente se ve obligada por el poco transporte público y la inseguridad, que fue un tema que no se tocó. Los trayectos promedio son largos y ese es otro problema. Ojalá el programa sea capaz de desincentivar el uso de transporte privado y alentar el uso del público con este anuncio de más rutas.

Javier Riojas, Coordinador de la Licenciatura en Sustentabilidad Ambiental de la Universidad Iberoamericana

Riojas también se mostró decepcionado ante la lenta reacción de las autoridades de la Ciudad de México, quienes poseían datos sobre las variables que afectan la calidad del aire desde hace mucho tiempo.

La metodología actual para medir el IMECA, por ejemplo, data de 2006.

Además, las medidas anunciadas por el Gobierno de la Ciudad contemplan nuevos sistemas de transporte público y mayores limitaciones a la circulación de autos privados, pero no plantea medidas similares para transporte de carga y pasajeros.

Se espera que las nuevas reglas afecten principalmente a 55 mil capitalinos propietarios de autos emplacados fuera de la Ciudad.

Estos representan menos del 1% del parque vehicular registrado en CDMX (sin incluir los autos registrados en el Edomex). Además, estos autos “foráneos” podrían también librarse de las limitaciones si se someten a la verificación voluntaria, lo que podría representar ingresos anuales por 60 millones de pesos para los Verificentros de la Ciudad.


Otros países han experimentado con medidas más drásticas. En Londres los automóviles deben pagar £11.5 (alrededor de $290) por entrar al centro de la ciudad.

Esta medida ha llevado a una disminución del 30% en el tránsito privado y el aumento de 13% en el tránsito de transporte público y bicicletas. Francia estaba coqueteando a finales del año pasado con medidas similares para ciudades con más de 100 mil habitantes, pero el movimiento de los chalecos amarillos las ha puesto en pausa.

Yo diría que (las medidas mexicanas) son paliativos y todavía son reacción a una situación de emergencia que se presentó, pero no dejan definida una propuesta más clara de largo plazo. Conforme fueron avanzando la presentación de las medidas, disminuía la precisión de los mecanismos para aplicarlas (…) Se siguen tomando medidas hasta el punto en que no se afectan intereses importantes.

Javier Riojas, Coordinador de la Licenciatura en Sustentabilidad Ambiental de la Universidad Iberoamericana

Las propuestas todavía serán sujetas a un proceso de discusión y consulta, el cual podría llevar a modificaciones en los textos finales de las políticas.