Joaquín Guzmán Loera, alias “el Chapo”, fue declarado culpable por 10 cargos este martes en Estados Unidos, tras un juicio de 11 semanas en Nueva York en el que se expuso la vida personal y las operaciones de narcotráfico del sinaloense.
De acuerdo con los fiscales estadounidenses, el capo mexicano amasó una fortuna de 14,000 millones de dólares a través de sobornos, asesinatos y tráfico de drogas.
Con el testimonio de más de 50 testigos y 14 exsocios de Guzmán, el caso se llenó de pruebas en contra del anterior líder del Cártel de Sinaloa, a quien la defensa legal puso como un segundo al mando, alegando que Ismael “el Mayo” Zambada, era el auténtico dirigente del grupo criminal.
Los 12 miembros que compusieron el jurado escucharon algunas declaraciones que dejan en claro la forma de traficar, asesinar e incluso, supuestamente, de sobornar a presidentes de México. Estos son algunos de los momentos más destacados del juicio en contra de el Chapo.
De su propia voz
La voz de Guzmán era “cantada” con un “tono nasal”, dijo el agente del FBI Steven Marston. En una llamada grabada, Guzmán le dice a un asociado: “No seas tan severo (…) tómalo con calma con la policía”. El compañero responde: “Nos enseñaste a ser un lobo”.
Los mensajes de texto entre Guzmán y su esposa, Emma Coronel, a menudo recurrían a asuntos familiares. “Nuestra Kiki no tiene miedo”, escribió Guzmán en uno, refiriéndose a una de sus hijas. “Le voy a dar un AK-47 para que pueda pasar el rato conmigo”, añadió.
Después de que Coronel dijo que vio un auto sospechoso, Guzmán le escribió: “Adelante, lleva una vida normal. Eso es todo”. Más tarde, le recuerda: “Asegúrate de eliminar todo después de que hayamos terminado de chatear”.
En uno de los últimos días del juicio, Guzmán le dijo al juez que no declararía en su propia defensa. El mismo día, sonrió a Alejandro Edda, el actor mexicano que interpreta a Guzmán en la serie de Netflix, “Narcos”.
Amores y contratos
Muchas “esposas” visitaron al Chapo cuando se escondía en Sinaloa, dijo Alex Cifuentes, un allegado del sinaloense.
Lucero Sánchez López, exlegisladora mexicana, dijo al jurado que una vez tuvo una relación romántica con Joaquín Guzmán: “No quería que él desconfiara de mí porque pensé que también podría lastimarme”, relató. “Estaba confundida acerca de mis propios sentimientos sobre él. A veces lo amaba y otras no”, confesó.
En cambio, Agustina Cabanillas, una compañera del capo afirmó que lo llamó “amor”. En un mensaje, Cabanillas calificó a Guzmán como un “imbécil” que intentaba espiarla. “¿Adivina qué? Soy más inteligente que él”, escribió.
La corrupción en todos los niveles
El Cartel de Sinaloa, dirigido por Joaquín Guzmán, pagó sobornos de millones de dólares a funcionarios del gobierno mexicano en todos los niveles, aseguró el hermano de Ismael Zambada.
Entre los beneficiarios de dichos pagos se mencionó a un oficial de policía de alto rango que le daba información a Guzmán sobre las actividades de esa fuerza “todos los días”, dijo Miguel Ángel Martínez, exgerente del cartel.
El Chapo pagó en una ocasión 100 millones de dólares al expresidente Enrique Peña Nieto, declaró Cifuentes.
Tras su última captura en 2016, Guzmán sobornó a un funcionario de la prisión nacional con dos millones de dólares para ser transferido a otra instalación, pero no logró convencer a la persona.
Homicidios
Luego de que un miembro de un cártel rival se negara a darle la mano a Guzmán, este ordenó que lo mataran, alimentando una guerra entre los cárteles, dijo el hermano de “el Mayo”.
Zambada también reveló que a un oficial de la policía que trabajaba para un grupo adversario a Guzmán y que fue asesinado, lograron atraerlo fuera de su casa al decirle que un auto había atropellado a su hijo.
El otrora líder del Cártel de Sinaloa le ordenó a Cifuentes que matara al experto en comunicaciones del cártel después de enterarse que estaba cooperando con el FBI. Pero Cifuentes dijo que no pudo llevar a cabo el golpe porque no sabía el apellido del hombre.
Uno de los exguardaespaldas de Guzmán, Isaías Valdez Ríos, dijo que vio a su jefe matar personalmente a tres miembros de un cártel rival. Guzmán le disparó a uno de ellos y ordenó a sus subordinados que enterraran al hombre mientras aún vivía.
En otra ocasión, el Chapo torturó a dos hombres durante horas antes de dispararles a cada uno en la cabeza y ordenó que sus cuerpos fueran arrojados a un pozo en llamas.
Túneles y escondites
Durante la época en que el capo estuvo fugitivo en Sinaloa vivió en “humildes chozas de pino” con ventanas polarizadas, televisiones satelitales y lavadoras-secadoras, dijo Cifuentes. Alrededor de 50 guardias formaron tres anillos alrededor de las casas para vigilar.
El Chapo escapó por un túnel debajo de una bañera cuando agentes de Estados Unidos allanaron una de sus casas en 2014, reveló su amante. Ella siguió a Guzmán, que estaba desnudo, por el túnel, sintiendo que el agua corría por sus piernas. “Estaba muy oscuro y yo estaba muy asustada”, comentó.