El programa piloto para incorporar a las personas trabajadoras del hogar al sector laboral formal debe demostrar que es una propuesta rentable para el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) o podría ser cancelado el día que se conmemora a todos los trabajadores del mundo.

De acuerdo con el proyecto ejecutivo del proyecto que comienza sus registros este lunes, la Dirección de Incorporación y Recaudación debe entregar un informe al gobierno mexicano para la evaluación de viabilidad financiera.

Para Marcelina Bautista, fundadora del Sindicato Nacional de Trabajadores y Trabajadoras del Hogar (Sinactraho), ese no debe ser el único factor a considerar para determinar si el programa se mantiene o no.

“Yo creo que se debe tomar en cuenta el aporte que las trabajadoras del hogar hacen a la sociedad. Es necesario que empecemos a contar con las mismas condiciones que tienen otros trabajadores”, dice la activista.

Situación laboral actual

El programa define a las personas trabajadoras del hogar como quienes prestan servicios de aseo, y de asistencia a otra persona o a una familia. Pueden trabajar para uno o varios patrones, además de vivir o no en su lugar de trabajo.

Actualmente existen en México 2.3 millones de personas trabajadoras del hogar y al menos el 92% de esas personas son mujeres, de las cuales el 70% no goza de seguridad social, según un estudio publicado en 2018 por el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred).

Además, dice el estudio, 96% de las trabajadoras del hogar no cuenta con un contrato escrito que especifique sus actividades.

“La discriminación que facilita el exceso de trabajo, los bajos sueldos y la dificultad de acceso a prestaciones es uno de los principales problemas de las trabajadoras del hogar. Las trabajadoras del hogar tienen un estatus que guarda algunos elementos de servidumbre y esclavitud históricamente superados”, dice el documento.

Objetivos del programa

El programa piloto, que fue presentado este domingo por Germán Martínez Cázares, director del IMSS propone garantizar el acceso a la seguridad social a las personas trabajadoras del hogar en igualdad de condiciones que el resto de los trabajadores.

Así, los trabajadores y trabajadoras del hogar contarían por parte de dicha institución con servicios médicos, hospitalarios, farmacéuticos, atención obstétrica, incapacidades, pensión por invalidez y vida, fondo para el retiro, así como prestaciones sociales como velatorios y guarderías.

La cobertura de las cuotas de seguridad social correrán por cuenta del o los patrones de cada trabajador y se calculan considerando el salario, que puede estar entre el salario mínimo y las 25 Unidades de Medida y Actualización (UMAS).

Si una persona percibe un salario mensual de 3,080 pesos, la cuota es de 904.22 pesos, alrededor del 28% del salario.

Durante la presentación del programa en una ceremonia, Martínez Cázares, explicó que la meta es que en 18 meses, el programa se convierta en una iniciativa de Ley que haga obligatorio la incorporación al IMSS de las y los trabajadores del hogar.

“Apenas iniciamos a pagar una gigantesca deuda de discriminación, racismo y en muchos casos, humillación”, dijo el funcionario ante miembros asistentes del Sinactraho.