El presidente Andrés ManuelLópez Obrador ha rechazado la “filosofía militarista” de la Iniciativa Mérida e incluso ha mencionado la posibilidad de negociar con Estados Unidos para dirigir los fondos a proyectos de desarrollo en Centroamérida y el sureste del país.
Sin embargo, llevar esta negociación a buen puerto será complicado y podría resultar más sencillo solicitar un nuevo plan de cooperación, consideran expertos.
Roberto Hernández, internacionalista y académico de FES Acatlán, señaló que esta iniciativa fue ideada para prevenir el tráfico de droga y armas entre México y Estados Unidos, y que a lo largo de sus 12 años de historia ha recibido partidas presupuestales recortadas que han sido combinadas con apoyo de inteligencia.
De los 1,400 millones de dólares que el entonces presidente George W. Bush solicitó para 2008, por ejemplo, sólo fueron aprobados 400 mdd.
Si uno observa la dotación de recursos, se puede dar cuenta que es una iniciativa bastante limitada. Ya en la administración de Obama empezó a perder efectividad y se modificó la estrategia por los frecuentes roces con la administración de Calderón. Yo veo varios problemas en esta negociación del presidente de modificar la Iniciativa Mérida, pues de esta ya no queda casi nada
Roberto Hernández, Internacionalista y Académico de FES Acatlán
Secretary Tillerson at @UTAustin: Through the Merida Initiative, the United States is providing assistance to build the capacity of Mexican law enforcement and judicial institutions. https://t.co/RaY3jGJgCh | More about the Merida Initiative: https://t.co/jxbob8p5Au pic.twitter.com/0mgzhvmN3o
— Department of State (@StateDept) February 2, 2018
Hernández explicó también que los fondos de la Iniciativa Mérida están previamente etiquetados en la partida presupuestaria y están sujetos a la aprobación del Congreso, actualmente controlado por Morena, por lo que el proceso de recibir recursos para el desarrollo podría ser más sencillo si se establecen fondos previamente etiquetados con ese objetivo.
Aún así, la aprobación de estos fondos correspondería al Congreso de Estados Unidos.
La mala noticia es que han habido experiencias bastante complicadas en las últimas negociaciones presupuestarias de Estados Unidos. De llegarse a un acuerdo, tendría que cruzarse este camino con un nuevo nombre en la partida presupuestal (que tendría a México como destino). Siempre será el congreso el que tendrá la facultad de aprobar el presupuesto, aunque no sean ellos quienes aprueben el instrumento de cooperación bilateral
Roberto Hernández, Internacionalista y Académico de FES Acatlán
Sergio Escamilla, académico del Departamento de Estudios Internacionales de la Universidad Iberoamericana, recordó también que el tráfico de drogas provenientes de América Latina sigue representando alrededor de 25,000 millones de dólares anuales, por lo que dudó que Estados Unidos esté dispuesto a deshacerse de la iniciativa.
Esta renuencia complicaría la negociación de algún otro programa de apoyo. Además, México todavía podría beneficiarse de esta asistencia.
Los flujos de dinero estadounidense son muchos y cada uno tiene su objetivo específico, no es una sola partida ni dinero que se pueda usar para cualquier cosa. Seguirá habiendo dinero para combatir la migración y para generar empleos, pero si el Gobierno mexicano rechazara el dinero de la iniciativa Mérida, yo creo que el Congreso se negaría a apoyarla por el destino específico. Si no se quiere esto, se acabó, y habrá presión política para que la iniciativa Mérida no desaparezca
Sergio Escamilla, Académico del Departamento de Estudios Internacionales de la Universidad Iberoamericana
Finalmente, ambos expertos coincidieron en que el monto total de los fondos asignados a la iniciativa Mérida palidecen contra las inversiones estadounidenses que el gobierno mexicano ha dicho tener apalabradas.
Además, el Secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, reveló que esta semana se presentará un plan de desarrollo integral que solicitará el apoyo de la Casa Blanca, la Unión Europea y el Banco de Desarrollo de Japón, entre otros.