Al Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi) que sustituirá al Seguro Popular le falta definir las “garantías explícitas” con las que operará, lo que pone en riesgo su viabilidad financiera para atender las enfermedades graves y de alto costo como el sida o la diabetes y sus afectaciones secundarias.
De acuerdo con la iniciativa aprobada el 23 de octubre por la Cámara de Diputados, el Insabi ofrecerá cobertura “sin restricción de enfermedades” para los habitantes del país -incluyendo extranjeros- que no cuenten con servicios de seguridad social.
La falta de definición de los padecimientos que cubrirá el instituto entorpecerá el cumplimiento de sus objetivos y comprometerá la salud de los beneficiarios, principalmente de los más pobres, dice Emmanuel Orozco, Investigador del Instituto Nacional de Salud Pública.
“En la Ley General de Salud debe ser explícito el funcionamiento del Insabi. No se puede decir ‘vamos a cubrir todo’ y ya. Si habiendo reglas, como en la actualidad, la gente no accede a los servicios, en un escenario con mayor vaguedad en cuanto a las normas de funcionamiento la situación puede ser peor”, previene el académico.
En el caso del Seguro popular, los padecimientos a los que brinda cobertura están en el Catálogo Universal de Servicios de Salud (CAUSES). La lista contiene 294 intervenciones médicas agrupadas en 5 conglomerados: prevención y promoción en salud, Medicina general y de especialidad, urgencias, cirugía general y obstetricia.
Para el Insabi no se contempla una delimitación, lo que pone en duda su capacidad financiera para atender a la población más vulnerable.
Un número indeterminado de enfermedades también genera incertidumbre sobre el presupuesto que se requerirá para atender a los beneficiarios
, dice Emmanuel Orozco.
El presidente Andrés Manuel López Obrador ha dicho que para el ejercicio fiscal 2020 se destinarán alrededor de 80,000 millones de pesos (mdp) del Fondo de Protección contra Gastos Catastróficos para fortalecer el sistema de salud pública.
Las enfermedades más costosas
Las organizaciones Mundial de la Salud (OMS) y Panamericana de la Salud (OPS) dieron el visto bueno a la creación del Insabi durante las audiencias públicas celebradas en agosto sobre la construcción del nuevo sistema de salud propuesto por el gobierno de López Obrador.
Organismos internacionales y civiles exigieron que el nuevo instituto estuviera “centrado en la persona, que contemple todos los padecimientos, los tratamientos de calidad, las edades y las personas”.
En el papel, así lo establece la iniciativa que lo crea, dice Emmanuel Orozco, pero le falta la reglamentación que lo garantice. Le preocupa el financiamiento de los padecimientos que requieren mayores recursos para su tratamiento.
La situación financiera del Insabi debería ser muy estable para poderlos atender.
En México, las tres enfermedades más costosas son el sida, la esclerosis múltiple y la diabetes, según un estudio realizado y publicado en 2018 por la aseguradora estadounidense Prudential.
Hasta diciembre de 2016, en México había 220,000 personas con VIH, de las cuales el 64% tenían acceso a tratamiento antirretroviral con, según los datos más recientes del Centro Nacional para la Prevención y Control del VIH y el sida (Censida). Se estima que para 2020 se elevará a 250,000 personas contagiadas en el país.
De acuerdo a los protocolos de la Secretaría de Salud (SSA) y las recomendaciones de organismos como la OMS, los pacientes de sida deben tomar entre dos y tres medicamentos especializados, con un costo mensual total que llega a 14,850 pesos.
La esclerosis múltiple, por su parte afecta a alrededor de 20,000 mexicanos de entre 20 y 40 años de edad, según el Comité de Investigación del Consejo Mexicano para el Tratamiento e Investigación de la Esclerosis Múltiple.
Esta enfermedad es incurable y su tratamiento llega a tener costo de entre 20,000 y 70,000 pesos al mes, ya que requieren tratamientos para la fatiga, la elasticidad, antidepresivos, resonancias magnéticas, según el Comité.
En el caso de la diabetes, dice el estudio de Prudential, dependiendo de los cuidados que tenga cada paciente, puede necesitar al mes hasta más de 30,000 pesos para atender diversas complicaciones que le provoca la enfermedad.
Si la enfermedad está muy avanzada y la persona requiere hemodiálisis, el tratamiento cuesta en 2,800 pesos que puede ser diario. Las degeneraciones crónicas más recurrentes y costosas derivadas de la diabetes son la hipertensión y la insuficiencia renal.
Esos dos padecimientos no están incluidas en el Catálogo Universal de Servicios de Salud (Causes) del Seguro popular.
En México 8.7 millones de personas sufren diabetes, y se estima que otras 12 millones padecen la enfermedad sin saberlo, pues no han sido diagnosticados, según la OMS.