El Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI) entregó al presidente Andrés Manuel López Obrador y a su esposa Beatriz Gutiérrez Müller los títulos de marca con sus nombres y acrónimo para explotarlos durante los próximos 10 años… aunque no está claro para qué se hizo el registro ni con qué objetivo.
Expertos en materia de Propiedad Industrial consideran que la solicitud del registro de marca de nombres y acrónimo por parte del primer mandatario y Gutiérrez Müller evidencian tanto una mala asesoría jurídica como una mala comprensión de lo que supone un registro de marca.
Las marcas son signos distintivos que identifican productos o servicios con el objetivo de que el consumidor pueda asociar la calidad con un producto, explicó Juan Luis Hernández Conde, socio fundador del despacho de abogados Novus Concilium.
El especialista explicó que si una persona quiere ser la única en usar una marca para ofrecer un producto o servicio específico necesita el registro ante el IMPI, autoridad que le otorga ese derecho.
El registro
De acuerdo con fuentes especializadas, se registraron en total seis marcas en dos clases distintas, que son las clasificaciones o rubros en los que se solicita la explotación de dicha marca.
En cada una de las categorías se registró el nombre de cada uno de los solicitantes, así como el acrónimo del primer mandatario, registro que tuvo un costo unitario de 2,813.77 pesos.
Las categorías elegidas para el registro corresponden a la división de Servicios, según los Títulos de las Clases del IMPI publicados el 1 de enero de 2020.
Por un lado está la Clase 35, que contempla la explotación de la marca en publicidad, gestión de negocios comerciales, administración comercial y trabajos de oficina; y, por otro, está la Clase 41, que abarca los rubros de educación, formación, servicios de entretenimiento y actividades deportivas y culturales.
Las marcas son un derecho de propiedad industrial enfocadas al comercio, cuya naturaleza jurídica es tener un distintivo que lo distinga de los competidores respecto a la oferta del producto o servicio que se va a comercializar, explicó por su parte Cynthia Solis, experta en Propiedad Industrial.
Lo preocupante es que pareciera que el presidente de la República tiene el proyecto de comercializar algo, porque un derecho de marca da la exclusividad sobre el nombre o signo distintivo, para que nadie más en esas mismas actividades, bajo las cuales se registra la marca, pueda usarla
dijo Cynthia Solís
La mala asesoría en el registro radica en que, actualmente, la tendencia es registrar únicamente aquellos servicios que se van ofrecer bajo la marca registrada, porque bajo el principio de especialidad se pide a los solicitantes pedir protección sólo sobre aquello que efectivamente van a comercializar, explicó Solís.
Por eso, tanto los nombres como el acrónimo se consideran marcas que son débiles, porque abarcan todo el concepto de ambas Clases en las que se registraron, y eso hace más factible su caducidad.
Este registro de marca abarca un espectro en el que podrían dar clases, ofrecer cursos educativos y conferencias hasta entretenimiento como eventos masivos, incluso circos, porque no enlistaron específicamente bajo qué servicios aplica el registro.
Revisión de uso en 2023
A partir de la reforma en la ley del 2018, para conservar el registro de marca es necesario comprobar el uso de la misma a los tres años de que se obtiene le registro, es decir, en 2023.
Para ello, es obligatorio presentar ante el IMPI evidencia de uso real y efectivo como facturas, publicidad, panfletos, es decir, una oferta clara que ahora mismo no es claro cómo podrán comprobar este uso, agregó Solís.
El registro de marca no da señales de que en los próximos tres años López Obrador vaya a producir algún producto o servicio comercial, porque se esperaría que siga ocupando el cargo público que ahora ostenta, dijo por su parte Hernández Conde.
El alcance
La protección de marca no alcanza para que no se mencionen los nombres en medios de comunicación o redes sociales, pues el registro se dio en el ámbito comercial.
Una de las hipótesis que se maneja sobre la motivación de hacer el registro de marca fue con la intención de dar de baja publicaciones en redes sociales, pero eso no supone una aplicación de marca si solamente hay referencia de los hombres en un hecho noticioso.
No obstante, hay una posibilidad de restringir contenido con los nombres y acrónimo registrados si, por ejemplo, asociaciones civiles generan campañas antiAMLO en redes sociales como YouTube o Facebook, porque se entendería que dichas asociaciones hacen publicidad propia explotando la marca de AMLO.
Lo cual, sin embargo, en opinión de Solís sería mucho peor a nivel de relaciones publicas e impacto mediático, pues de alguna manera estaría dando la razón a sus adversarios dejando evidencia de no ser tolerante a la crítica y utilizar el registro de marca como censura.
El trámite para la obtención de registro de marca ante el IMPI dura entre seis y ocho meses, según los especialistas.
Según los documentos registrados ante el IMPI, la solicitud de López Obrador y Gutiérrez Müller de registro de marca se realizó el 27 de abril de este año, cuya fecha de presentación fue el 13 de julio pasado y se aprobó a finales de agosto.