Nota del editor: Este texto es responsabilidad del autor.
Sunny Arely Villa*
Invertir en políticas públicas que promuevan la equidad de género es una apuesta al bienestar económico y social de la sociedad en su conjunto. La propuesta de Presupuesto de Egresos de la Federación 2024 considera 438,781 millones de pesos para acciones que abonan a la igualdad entre mujeres y hombres.
Estos recursos, que incluyen los administrados por el gobierno federal y los erogados por Pemex, CFE, IMSS e ISSSTE, representan el 4.8% del total del presupuesto. Aún nos falta mucho para incorporar la perspectiva de género en todo el presupuesto.
La perspectiva de género es esencial para comprender y abordar las desigualdades en esta materia en todas las áreas de la vida. Este enfoque analítico y metodológico nos permite identificar cómo las normas de género y las estructuras de poder influyen en la vida de las personas y cómo pueden perpetuar desigualdades.
Es fundamental entender que estas desigualdades no son el resultado de diferencias biológicas, sino de construcciones sociales y culturales que asignan roles y expectativas específicas a mujeres y hombres.
La inversión en políticas de igualdad de género no sólo es un imperativo ético, sino también una estrategia inteligente desde una perspectiva económica y social. La igualdad de género no sólo es un derecho humano fundamental, sino que también contribuye al desarrollo sostenible y al crecimiento económico. Las sociedades donde las mujeres tienen igualdad de oportunidades tienden a ser más prósperas y equitativas.
Brecha en el mercado laboral, pendiente en la equidad de género
En México aún existe una brecha diferenciada de incorporación al mercado laboral, que es profundizada por la brecha salarial. De acuerdo con el INEGI, al segundo trimestre del 2023, 46.1% de las mujeres en edad de trabajar, estaban ocupadas. En contraste, el 76.1% de los hombres en edad de trabajar, estaban ocupados.
Además, la brecha salarial de género, que representa diferencia entre los ingresos medianos de hombres y mujeres en relación con los ingresos medios de los hombres, es aún del 16.7% en México según datos de la OCDE.
Varias razones contribuyen a esta brecha del mercado laboral. En primer lugar, las responsabilidades de cuidado no remunerado, que tradicionalmente han recaído en las mujeres, siguen siendo un obstáculo importante. La falta de servicios de cuidado accesibles y asequibles, como guarderías y cuidado de personas mayores, limita la capacidad de las mujeres para ingresar y permanecer en trabajos altamente remunerados o avanzar en sus carreras. La creación de un Sistema Nacional de Cuidados es esencial para abordar este problema y respaldar la inclusión laboral de las mujeres.
La falta de oportunidades educativas y de capacitación también puede limitar las perspectivas laborales de las mujeres. Invertir en la educación y el desarrollo de habilidades de las niñas y mujeres es fundamental para empoderarlas y brindarles las herramientas necesarias para acceder a empleos de calidad y avanzar en sus carreras.
Cuando las mujeres tienen igualdad de oportunidades en el empleo, las economías tienden a ser más prósperas y equitativas. Claudia Goldin, la recién galardonada con el Nobel de economía, ha demostrado que la inclusión de las mujeres en la fuerza laboral contribuye al crecimiento y desarrollo de los países.
Igualar las oportunidades de acceso al mercado laboral para las mujeres sigue siendo un desafío importante, pero es un objetivo esencial. Para lograr una sociedad más justa y próspera, debemos abordar las barreras que impiden que las mujeres ingresen y avancen en el mercado laboral.
Esto requiere la creación de políticas y programas que promuevan la equidad de género, incluida la promoción de servicios de cuidado asequibles y de calidad, la eliminación de la discriminación de género en el lugar de trabajo y la inversión en la educación y el desarrollo de habilidades de las niñas y mujeres. La igualdad de género no solo es un derecho humano fundamental, sino también una estrategia inteligente para el crecimiento económico y el bienestar de la sociedad.
* Es directora asociada del departamento de economía del Tec de Monterrey y socia fundadora del CIEP. Se especializa en estudios del presupuesto y gasto público, economía de los cuidados, género y el desarrollo sostenible. Es Doctora en Políticas Públicas, Maestra en Administración Pública y Políticas Públicas y Licenciada en Economía. Trabaja por una sociedad mejor informada y más participativa de los temas fiscales con perspectiva de género y la equidad intergeneracional.
El CIEP es un centro de investigación de la sociedad civil sin fines de lucro ni agenda partidista; provee información y análisis relevantes y técnicamente sólidos para mejorar y democratizar la toma de decisiones en economía y finanzas públicas.
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