Aunque estudios recientes señalan que 8 de cada 10 mexicanos no celebran el 14 de febrero, en México la festividad del Día del Amor y la Amistad representa la reactivación de las temporadas de celebración tras las de fin de año. En promedio, según algunas estimaciones de la UNAM, los enamorados gastan entre 900 y 1,500 pesos en regalos y actividades.
La empresa estadounidense de análisis y asesoría Gallup llevó a cabo hace unos años la encuesta más grande a nivel global que intentó averiguar qué es lo que determina el amor. El estudio se hizo para 136 países, y la pregunta principal fue si en los últimos días ha sentido/dado amor.
El primer gran resultado que se desprendió de la encuesta es que vivimos en un mundo lleno de amor. En un día normal, alrededor del 70% de los encuestados respondió haber sentido/dado amor.
Puede que París y Roma sean famosas por su romanticismo, pero son los filipinos quienes se llevan el primer lugar del ranking con un 93%. El único país desarrollado que aparece dentro de los primeros 20 lugares es España, con el 83%. México ocupa la posición 14, con cerca del 82% de la población contestando que sintió amor. Y si estás en Armenia, por favor, abraza a alguien: solo el 29% de los armenios afirmó haber sentido amor el día anterior.
En todo el mundo, los viudos y divorciados son los que menos experimentan el amor. Los casados lo sienten más que los solteros. Cuidado, esto no significa que después de leer esta nota deban correr a casarse, ya que las personas que viven juntas sin haber contraído matrimonio contestaron sentir incluso más amor que los cónyuges casados (esto se podría explicar porque con la existencia del contrato se sienten más confiados de que la pareja no se iría y sin el contrato existe el incentivo a trabajar en el amor día con día).
En nuestro país, conviene recodar el estado civil de las personas de 15 años o más de edad, el cual se distribuye: 38% está casada, 30% soltera, 20% vive en unión libre, 6% separada, 5% viuda y 2% está divorciada.
Dentro de un país, sí hay relación entre riqueza y amor. Esto es, las personas con más ingresos tienen más probabilidades de experimentar este sentimiento. Esto no significa que el dinero pueda comprar el amor.
Es posible que otros factores correlacionados con los ingresos, como la altura, educación o el aspecto físico, sean la verdadera fuente de atracción.
Sin embargo, entre países esta relación no se da. El amor sigue siendo abundante en los países más pobres, incluso los primeros lugares en el ranking lo ocupan países considerados en desarrollo, al igual que los últimos lugares.
Independientemente de los datos que arroja la encuesta, cada uno de nosotros piense lo que el amor significa. En el lenguaje frío de la economía, el amor es una forma de seguro, ya que implica vínculos de reciprocidad que proporcionan apoyo cuando se quiere compartir un logro, cuando nos sentimos mal o estamos enfermos y en tiempos difíciles.
Así, todo parece indicar que mientras se pueda encontrar más amor, nuestra sociedad funcionará mejor.
James Salazar Salinas es actualmente Subdirector de Análisis Económico y Sectorial en CIBanco. Cuenta con 20 años de experiencia laboral tanto en el sector público, como el privado, dedicados al análisis, reporte, seguimiento y estimación de información económica y financiera. Es Economista por la Universidad Autónoma de Nuevo León, con maestría en Teoría Económica por el ITAM.
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