No está claro si Claudia Sheinbaum ha logrado convencer totalmente a la base electoral de Veracruz. Esta semana, la candidata de Morena, a días de que las campañas se terminen, hizo una gira en el sur-sureste del país, incluyendo desde Yucatán, pasando por Campeche, hasta las tierras veracruzanas.
La visita a Veracruz preocupó, se tomó como un mensaje de que Morena seguramente perderá al estado. Fuentes cercanas a la candidata dicen que ella se sintió más cobijada en la tierra de Mauricio Vila que en el territorio en donde está Rocío Nahle al frente de la operación electoral.
Rocío Nahle ya se convirtió en el talón de Aquiles de la exjefa de Gobierno. Sheinbaum lo sabe.
Lo que más teme es que no se haya podido reafirmar el compromiso de voto con los veracruzanos y más con los petroleros del estado, que han fungido como un bastión históricamente priista.
Se cuenta que los petroleros veracruzanos, esos que conocen cada tornillo de las plataformas y que ven en el crudo no solo petróleo sino también historias de vida y legados familiares, ya decidieron darle la espalda a Nahle y apoyar al panista José Yunes.
Claudia Sheinbaum incluso tuvo un encuentro con el gremio petrolero en Veracruz, obedeciendo el acuerdo que se dio hace una semana en pleno Día del Trabajo en Palacio Nacional. Ahí los líderes sindicales petroleros pidieron al titular del Ejecutivo una visita de la exjefa de Gobierno para calmar a las bases sindicales.
En la reunión en Veracruz ella les aseguró que “Pemex va a seguir con vida”, muchos lo consideraron como una promesa desesperada ante el riesgo de perder Veracruz y no tener todo el respaldo de los petroleros.
Esta afirmación no es menor, dado que se produce en un momento donde la discusión global y nacional sobre las energías verdes y la necesidad de una transición energética sostenible está al rojo vivo.
Sin embargo, los petroleros no le creen de todo a Sheinbaum, ya que la candidata de Morena también le ha dicho al gremio de los académicos que busca la transición energética.
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