El último ajuste que está sopesando el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) no es más ni menos que un incremento a las tarifas del 77%, lo que detonará en que el recinto aéreo se convierta en el más caro de Latinoamérica y, a la vez, el más obsoleto y descuidado.
Al inicio de esta semana, el sector recibió la noticia de que el próximo año, las aerolíneas deberán pagar por concepto de aterrizaje 23.62 pesos por vuelo/tonelada para vuelos nacionales y para servicios internacionales incrementa a 60.96 pesos, ambos con un incremento de 77%.
El ejército tomó el control del espacio aéreo en octubre, pero este último acto administrativo sobre la actualización de las tarifas aeroportuarias ha sido calificado por especialistas como inconstitucional, unilateral y arbitrario, ya que carece de la debida fundamentación y no se observaron, entre otros, los principios de proporcionalidad y progresividad fiscal.
Si se ahonda en la ley, particularmente en el título de concesión y su modificación otorgado al aeropuerto, se detalla en el “Capítulo VII, apartado 8.1. Tarifas” que el AICM solo puede cobrar tarifas por la prestación de los servicios que le sean autorizados por Hacienda, en conjunto con SICT, y con la anticipada autorización de la Cofece.
Además, se establece que solo se podrán aplicar tarifas registradas y publicadas en el Diario Oficial de la Federación, hecho que no sucedió.
La medida fue justificada por el AICM como una ‘actualización’ luego de 13 años sin haber realizado modificaciones a los cobros.
La lista de irregularidades es extensa; sin embargo, será clave que las aerolíneas hagan valer sus derechos ante tribunales para poder poner fin a las arbitrariedades que día a día se comenten en su perjuicio.
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