El lenguaje corporal de una recesión económica
El lenguaje corporal de una recesión económica

El lenguaje corporal de una recesión económica

En los últimos días el tema de una recesión económica global, o al menos en ciertas regiones entre las que estaría Estados Unidos, sigue ganando tracción. Incluso, se ha unido el factor de que dado los altos niveles de inflación provocarían un fenómeno llamado estanflación. 

Ha crecido tanto el temor a ello, que se han multiplicado las indagaciones de dicho término en el buscador más famoso de internet (Google).

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La mayoría de los analistas toman en cuenta algunas señales, como la inversión de la curva de rendimientos de los bonos soberanos (que la diferencia entre el interés de largo y corto plazo se vuelve negativa) o las fuertes caídas en las bolsas de valores para tratar de apostar a que aumenta la probabilidad de recesión económica. 

Al revisar el sistema de información de Bloomberg, actualmente le da una probabilidad de 30% de que EU caería en una recesión en los próximos 12 meses. ¿Es alta? Lo que preocupa es la tendencia creciente entre los operadores de este escenario es cada vez más probable.

¿Qué genera esta probabilidad de recesión?

El razonamiento es el siguiente. La inversión de la curva implica la expectativa de que el Fed tendrá que subir la tasa de referencia en una magnitud suficiente que induciría a una recesión económica en el corto plazo. Tras ello, se verá obligada a recortarlas en un futuro más lejano.

En el caso de las bolsas de valores, esta se convierte en un predictor de la economía porque los inversionistas intentan anticipar los beneficios/pérdidas de las empresas y cuando consideran que los beneficios van a reducirse, venden acciones, lo que provoca retrocesos en los principales índices bursátiles. 

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El problema es que, como lo diría el Nobel de Economía Paul Samuelson, para la señal de las caídas de las bolsas, los descensos del mercado de valores han predicho correctamente nueve de las últimas cinco recesiones. 

O como diría recientemente una investigación del Fondo Monetario Internacional, los economistas han pronosticado cinco de las últimas 153 recesiones. 

Todo es factible 

Si bien cuando estamos en recesión económica una de las primeras señales será la caída de las bolsas de valores, no todas las caídas implican recesión porque los inversionistas, como el resto de los agentes económicos, no son capaces de ver el futuro y sus previsiones a menudo son incorrectas. 

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Quizá lo que estamos observando es que muchos analistas y economistas, tratando de evitar quedar fuera del grupo que le ha atinado a recesiones pasadas recientes, se apresuran a decir que el escenario de caída económica es muy factible. 

Claro que hay un riesgo de recesión o de por lo menos de una fuerte ralentización económica. Pero por el momento, la economía estadounidense se mantiene fuerte y así lo demostraron las cifras de consumo privado y producción industrial de abril. Así es que todavía el pensar en una recesión implica una apuesta, más que una evaluación contundente de la coyuntura.

Hay mucho pesimismo alrededor. La disforia no siempre es un buen factor a la hora de tomar decisiones de inversión y de planeación. 

*James Salazar Salinas es subdirector de análisis económico de CI Banco. Las opiniones expresadas en este documento son de exclusiva responsabilidad del autor.

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