Recibí su mensaje y despejé mi agenda. Llegué a su oficina con cinco preguntas anotadas en mi libreta, me recibió puntual y me invitó a pasar a su oficina, no hubo café (“mala señal”, pensé), pero intercambiamos un par de comentarios amables y sonrió con su usual discreción. Nos sentamos frente a frente y me quedó claro que lo mejor era no desaprovechar ni un minuto con Santiago Nieto, el Titular de la ¿poderosa? Unidad de Inteligencia Financiera (UIF), por lo que retomé una conversación que había tenido con él un par de semanas atrás: el futuro de la UIF.

– Creo que el modelo mediante el cual opera la UIF está agotado, Doctor; necesitamos sentarnos a discutir si requerimos migrarla hacia una UIF híbrida, dotarla de autonomía como el SAT (Servicio de Administración Tributaria) o adaptar algo similar a los modelos italiano o colombiano.

Santiago asintió analizando mis palabras y se levantó de la mesa (“Me gusta caminar y hablar”, me dijo). Para mi buena suerte vi un pizarrón a mi espalda y, como un acto reflejo, comencé a dibujar un esquema con mi visión para un modelo de una nueva UIF: autonomía, comunicación con la Guardia Financiera, Unidades de Inteligencia Patrimonial y Económicas (UIPES) con línea de comunicación directa, absorbiendo las funciones antilavado del SAT junto con una que otra idea.

Terminé de dibujar y a Santiago le cambió expresión, se dirigió a la puerta y pidió que tal y tal funcionario proyectaran tal y tal presentación en su sala de juntas; varios integrantes de su equipo me expusieron sus power points, no solo se trató de una detallada explicación de las funciones de la UIF, sino también el evidenciar el esfuerzo técnico que conlleva el realizar sus investigaciones, sus procesos de machine learning, big data et al, el avance que se tiene en la implementación de las Unidades de Inteligencia Patrimonial y Económicas en los estados y, llegado a cierto punto,  se tomaron la libertad de opinar respecto de los factores que, a su juicio, dificultan, o de plano torpedean esas investigaciones.  

Santiago pidió unos planos que contenían una enorme red de vínculos que demandaban el uso de una lupa para poder leer la ruta del dinero.

– Esta es la investigación de Odebretch y esta es la de Emilio Lozoya. 

Su voz era firme y se notaba un tono de triunfo en ella; comenzó a explicarme esa compleja red neuronal y no me quedó ninguna duda de que ello era el resultado de un trabajo de investigación efectuado con precisión milimétrica, de esos proyectos que se desarrollan hasta altas horas de la noche. 

-Entonces ¿qué es lo que no está funcionando, Doctor?

Santiago y yo conversamos por cosa de dos horas de tú a tú y llegué a las siguientes conclusiones: 

1. En efecto existe un distanciamiento entre la UIF y la Fiscalía General de la República (FGR), pero es necesario precisar que esto se circunscribe a sus respectivas cabezas, ya que hay áreas dentro de la FGR que sí están trabajando con la información que la UIF les proporciona. Al parecer, el Fiscal Alejandro Gertz no quiere aceptar que la UIF en realidad es un equivalente a un órgano de inteligencia de seguridad nacional y que lo que hace es alertar a la FGR respecto de casos de lavado de dinero, entre otros posibles ilícitos; la UIF le da a los agentes del Ministerio Público el resultado final de sus investigaciones y deja en su cancha la pelota para que sea la Fiscalía quien realice el resto de la investigación conforme al “nuevo” sistema penal acusatorio.    

2. La FGR está atrapada en un círculo vicioso respecto del entendimiento del contenido del artículo 400 Bis del Código Penal Federal, para poder desarticular a un grupo delictivo es indispensable el atacar sus finanzas, ya que con esto se debilita su estructura tal y como fue el caso de la operación Agave Azul. Por ello necesita, no solo hacer las paces, sino lanzar un programa de plena cooperación y adscribir Agentes del Ministerio Público a la UIF (y no retiráselos), de esa forma, indirectamente, se estaría capacitando a personal selecto de la Fiscalía en el complejo entramado de los crímenes financieros.   

3. La UIF necesita evolucionar, sus facultades ya no están a la altura del reto que enfrenta; simplemente recordemos que al momento de su creación no existía el Cártel de Jalisco de Nueva Generación junto con el poderío económico que pudo lograr gracias al apoyo de los Cuinis, los operadores financieros que lograron darle la vuelta al sistema financiero. 

4. Administrativamente la UIF no puede seguir siendo una “simple” Unidad, es necesaria una rejerarquización, ya sea subiéndola de rango a una Subsecretaría o tal vez como la Procuraduría Fiscal de la Federación, o bien, que sea dotada de autonomía como el SAT. Tal vez sea oportuno analizar el modelo de la Unidad de Información y Análisis Financiero o de la Superintendencia de Sociedades de Colombia para tales fines.

Más jerarquía, mejores instrumentos jurídicos, más presupuesto y más personal; así de simple.

5. A Santiago Nieto la idea que le cuadra la pupila es la de que la UIF migre del modelo administrativo al modelo híbrido, pero ojo, antes de hacer eso se debe decir que una UIF híbrida puede tener funciones administrativas y policíacas al mismo tiempo y, en algunos casos, hasta controlar aduanas. No hay que tenerle miedo al debate de las ideas, pero primero consideremos que este tipo de UIF’s están en países como Dinamarca y Noruega con los cuales tenemos, creo, algunas diferencias.

Sea como sea, la UIF requiere tener los elementos para poder denunciar directamente y eso será todo un tema. 

 6. La Guardia Financiera debe ser aterrizada en los mejores términos y esta debe ser coordinada por la UIF para convertirse en “primeros respondientes”.

7. Aunque en el papel todos los estados tienen contempladas a sus UIPES, son pocas las que se encuentran operacionales; es necesario que los estados reciban, de nuevo, recursos para montar estos organismos de inteligencia; es preocupante el ver que hay UIPES que han caído en el abandono como la de la Ciudad de México (lo cual fue la primera en su tipo) y, al mismo tiempo, hay otras como la de Tamaulipas que se encuentran recabando inteligencia.

Lo que prontamente será una realidad es que todas las UIPES operarán bajo un modelo único bajo la supervisión de la UIF para lo cual deberán capacitar a su personal, adecuar sus marcos jurídicos y crear estructuras.

8. Tanto las funciones como el personal de la Administración Central de Asuntos Jurídicos de Actividades Vulnerables del SAT deberían ser trasladados a la UIF por lo que hace a la Ley Federal para la Prevención e Identificación de Operaciones con Recursos de Procedencia Ilícita y, en este mismo sentido, esta ley debe ser ajustada a la realidad para incorporar dentro de las llamadas actividades vulnerables a los negocios que realmente representan un riesgo para ser usados como un vehículo para el lavado de dinero, tal vez los equipos de futbol sean un gran ejemplo de ello.

El trabajo que realiza Santiago Nieto contra la corrupción no es nuevo, este se remonta a sus días al frente de la Fiscalía Especializada en Delitos Electorales. En su camino ha tenido aciertos y errores y esto no puedo dejar de mencionarlo, como tampoco el hecho de que, después de hablar con él por más de dos horas, tengo claro que no va a dejar de seguirle la pista a los capitales ilícitos con labores de inteligencia; tal vez y solo tal vez, el Fiscal General deba sentarse a dirimir sus controversias ya que hay un bien mayor: la seguridad de todos nosotros.

Tal vez el Gertz deba sentarse con Nieto para entender que las investigaciones de este último son vitales para la persecución de los delitos y que su oficina es una suerte de “testigo alertador” un coadyuvante, no un subordinado suyo.

Me queda claro que la UIF requiere un proceso de reingeniería mayúsculo, pero no quiero que esto ocurra con las disparatadas ideas de algunos extremadamente activos legisladores del partido en el poder y que no tienen idea de qué lado sale el sol. Se requiere que, mediante un parlamento abierto, los legisladores escuchen a las autoridades y a los expertos para poder generarle al Titular de la UIF las armas necesarias para ayudar a combatir a los cárteles que han sangrado al país por décadas.

Santiago y yo nos despedimos no sin antes preguntarle qué espera del caso Lozoya, dudó un par de segundos y su mirada se endureció antes de responderme: “espero que se haga justicia”.

Chocamos puños y me dirigí al elevador. Lo volví a ver en la planta baja cuando abordaba una camioneta claramente blindada en el pequeño búnker donde trabaja, el vehículo estaba rodeado de personal armado y afuera, otro equipo de seguridad lo esperaba, incluso se despidieron de mí desde su vehículo.

 -Buenas tardes, Licenciado

Me subí a mi coche y me dirigí a comer a mi cantina de cabecera sin más protección que el gel antibacterial que traigo conmigo.

Nos podremos llamar colegas, pero algunos corren más riesgos que otros y merecen tener las herramientas necesarias para hacer la parte ruda de la chamba.

Ojalá y el Fiscal algún día me permita escuchar su versión de la historia. 

*Salvador Mejía es licenciado en Derecho por la UNAM. Cuenta con estudios de especialización en México y Estados Unidos en Prevención de Lavado de Dinero y Financiamiento al Terrorismo, Anticorrupción, Gobierno Corporativo así como en Inteligencia y Contrainteligencia

Este texto es un blog de opinión. Su contenido es responsabilidad del autor y no representa necesariamente la postura de EL CEO.