Pemex reportó en sus indicadores petroleros que en diciembre del año pasado se produjeron en promedio 62,000 barriles diarios de condensados, una cifra tres veces mayor a los 19,000 reportados en enero de 2019.
Este crecimiento refleja un mejor aprovechamiento, pero también campos en decadencia que la empresa estatal no está invirtiendo en sustituir.
“(Creció la producción de condensados) y la de gas, que puede ser una mala señal sobre el estado de los campos. Cuando tienes gas en un yacimiento puede ser al inicio porque estás atravesando la primera capa o puede ser la última etapa porque estás agotando el hidrocarburo”, explicó Érick Sánchez Salas, Business Developer de IHS Markit.
Durante el actual gobierno, Pemex cambió la forma de contabilizar su producción de crudo.
En la Base de Datos Institucional de la compañía se muestra un solo número, que es la suma entre la producción total con socios y la producción de condensados. Este dato está relacionado con el cambio de “barriles de petróleo” a “barriles de petróleo crudo equivalente” como cifra de medición de producción, lo que considera condensados, agua y cualquier otra cosa que salga en la mezcla.
El cambio cobra más importancia este año debido a que el crecimiento en la producción de condensados evitó que la producción reportada por Pemex en 2020 fuera menor a la del año anterior, y podría convertirse en la herramienta con la que la administración federal defenderá el desempeño de la compañía.
David Rosales, analista del sector destacó que el crecimiento de la producción de condensados no es una mala noticia en sí misma, pues el condensado es un producto valioso que está dejando de ser subutilizado.
“Desde 2017 o 16 había un proyecto para tener una mejora a través de PMI en la búsqueda de mercados para los condensados y aprovechar mejor esta producción, lo que en principio está bien porque al campo hay que sacarle lo que te da”, señaló. “El punto es llamar a cada cosa como es y analizar que las estadísticas sigan siendo comparables y los números consistentes”.
Sin embargo, un crecimiento tan rápido en el volumen de condensados obtenidos de campos mayoritariamente maduros, resalta la necesidad de que la petrolera invierta en sustitución de reservas, algo que el Presidente ya había prometido con anterioridad y que no ha ocurrido.
“Si tú consideras el esfuerzo en ejercicio y recursos que hay en la recuperación mejorada y no ves que levante la producción puede interpretarse que esta recuperación es lo que está sosteniendo los niveles”, advirtió Sánchez Salas.
Sin exploración, Pemex será incapaz de sustituir reservas, lo que en el mediano plazo dificultará el apalancamiento de financiamiento.
La exploración es cara, pero rentable, y ambos expertos coinciden en que la empresa estatal requiere de darle una mayor importancia a esta actividad para fortalecer sus finanzas. Además, no hacerlo complicaría la habilidad de Pemex de ser el proveedor de crudo para Dos Bocas.
“No estás teniendo una inversión real en exploración para tener producción en los años subsecuentes. Hay que analizar la producción por zonas para compararlas con su desempeño anterior y entender la evolución que va teniendo cada sistema. Cuando haces esto te das cuenta de que no hay una estrategia de desarrollo de pozos”, lamentó Rosales.
La Secretaría de Energía ya sabe que sin esto no habrá crudo mexicano suficiente para atender Dos Bocas.