A casi cuatro meses del nuevo etiquetado de advertencia en alimentos y bebidas, el resultado en las ventas para las empresas es de contrastes. Los productos como frituras, dulces y refrescos se mantuvieron en el gusto del público y con ello sus ventas; mientras los que se vendían como saludables o tenían esa connotación, pero presentaron sellos y leyendas bajo las nuevas medias, se vieron afectados.

Lo que hemos observado en los clientes que tenemos que se dedican a la venta de frituras es que sus productos, que tienen sellos, no han bajado sus ventas

dijo Cervando Rivera, consultor de etiquetado nutrimental en la empresa Enutritek.

Itzel García, directora general de la consultora en desarrollo de etiquetado frontal Glin y Asesores Consulting, comentó que el impacto más grande se lo llevaron aquellas empresas que en su portafolio de productos tienen algunos con una percepción de alimentos saludables o bajos en ingredientes que en exceso dañan la salud del consumidor.

“Hay un primer impacto en cuanto a la percepción del producto en los clientes, muchas de las marcas que manejábamos se dieron cuenta que algunos productos que consideraban saludables tenían octágonos (…) que, como consumidores, no éramos tan conscientes de que un producto tuviera estos valores que afectan nuestra salud y que por mercadotecnia se ponía como saludable”, dijo García.

El segmento que se vio más afectado por la entrada en vigor de la NOM-051 fueron las micro y pequeñas empresas de la industria.

El gasto que representan los análisis bromatológicos -la evaluación química de los nutrientes del producto-; el seguimiento y asesoramiento para llevar acabo el nuevo etiquetado; el pago a las entidades privadas que lo acreditan; la reformulación voluntaria de los productos y el cambio en las líneas de producción, así como de proveedores, y la reimpresión de las etiquetas es un gasto que llega en medio de la pandemia por COVID-19.

La primera etapa de la fase uno del etiquetado entró en vigor el 1 de octubre de 2020, que contempló la aplicación de octágonos negros de advertencia, así como de leyendas en todos los alimentos y bebidas no alcohólicas preenvasados. La segunda iniciará el 1 de abril de este año que tiene modificaciones como la desaparición de personajes que inciten a la compra del producto y al retiro de los sellos en forma de calcomanías por uno ya impresos en la etiqueta.

La modificación a la NOM surgió con el objetivo la contención del problema de salud pública que representa la obesidad y las enfermedades que desencadena.

Gobierno de AMLO fue quien revivió la propuesta del nuevo etiquetado 

Reformular, ¿la respuesta?

La forma para que los productos se libren de los sellos y leyendas en la portada de sus productos es la reformulación, pero a costa del sabor original del mismo. La decisión dependerá del mercado al que vayan dirigidos los alimentos.

“El productor tiene que revisar su mercado, antes de llevar el producto a una reformulación, donde el producto no sabrá igual. Puede que a pesar de contar con sellos se seguirá vendiendo o apostar por el mercado de alimentos saludables”, comentó Rivera.

Algunas empresas ya optaron por esta solución como es el caso de Nestlé en su división de cereales en México y de Bimbo con sus principales productos libres de ellos.

El Consejo Mexicano de la Industria de Productos de Consumo (ConMéxico) estima que solo entre el 15 y el 20% de todos los productos preenvasados estén libres de los sellos y leyendas.

Para las mipymes la reformulación no es opción, por el alto costo que tiene su implementación, “mejor mantienen la línea de productos como está y solo se cambian la etiqueta”, dijo García.

Tanto García como Rivera trabajan en consultoras encargadas de asesorar, realizar análisis químicos, dar soporte químico y legal a empresas en el proceso del nuevo etiquetado.