El día llegó y los resultados de la ardua campaña publicitaria de Coca Cola y Pepsi en medio de las elecciones intermedias en Estados Unidos para incitar a los votantes a rechazar los impuestos a las bebidas azucaradas ya están aquí: triunfo en Washington y derrota en Oregon.
La labor de las refresqueras comenzó cuando se determinó que el electorado decidiría el futuro de las refresqueras en ambos estados, por lo que las empresas emprendieron campañas que les han costado cifras millonarias.
Sin embargo, la estrategia parecía enfocada a confundir a tantos electores como pudieran, considera Quartz, pues la historia muestra que, al dar la opción a los electores, la mayoría siempre vota por gravar las bebidas azucaradas.
Por ello, en vez de poner a consideración los impuestos a bebidas, las refresqueras optaron por impulsar la consulta sobre si los ciudadanos quieren o no que se impongan nuevos gravámenes a cualquier producto comestible, un conjunto de artículos tan amplio que también incluye a sus bebidas.
En Oregon, la medida buscaba modificar la Constitución estatal para prohibir la aplicación de impuestos a la venta o distribución de comida y bebidas no alcohólicas, una definición muy amplia que probablemente también hubiera incluido a los alimentos ofrecidos en restaurantes, y fue rechazada por 57% de los votantes.
En Washington, la propuesta recibió 54% de los votos a favor y, aunque no implica la eliminación al impuesto a las bebidas azucaradas aprobado en Seattle en enero de 2018, sí prohíbe que otros gobiernos locales apliquen medidas similares.
De acuerdo con datos del Centro de Control de Enfermedades de Estados Unidos, en el país vecino el 40% de los adultos tienen obesidad y las empresas de alimentos se han enfrentado en los últimos años a diversas campañas de los gobiernos e instituciones independientes para reducir el consumo de azúcar, aunque ello implique un aumento en los impuestos de estas entidades.
A nivel mundial, más de 30 países, incluido México, ya han impuesto este gravamen a las bebidas azucaradas.
Los miedos de Coca y Pepsi no son infundados. Un estudio de la American Public Health Association informó que los impuestos a los refrescos en Berkeley, California, dieron como resultado una caída de más del 20% en el consumo de refrescos.
En México, se decretó el impuesto a bebidas azucaradas en 2014 y para inicios de 2017 el consumo disminuyó 7.6%, según datos difundidos por el Instituto Nacional de Salud Pública.
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