La Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) enfrentará tiempos definitorios apenas termine el sexenio del presidente Enrique Peña Nieto e inicie la nueva administración de Andrés Manuel López Obrador.

En un lapso de cerca de tres años a partir del próximo 30 de noviembre, tres de sus 11 ministros y ministras culminarán sus gestiones y serán sustituidos, lo que traerá consigo una negociación entre los poderes Ejecutivo y Legislativo, ambos participantes en el proceso de selección.

Asimismo, el 31 de diciembre concluye el periodo de Luis María Aguilar como presidente del máximo órgano de justicia del país, por lo que ese día habrá una votación para nombrar a otro ministro al frente de la SCJN.

El ministro José Ramón Cossío Díaz termina su cargo el 30 de noviembre, por lo que es responsabilidad aún del mandatario Peña Nieto elegir a su posible sustituto en la terna que deberá presentar al Senado en los próximos días.

Aunque la decisión deberá ser tomada en el actual sexenio, en la negociación podría participar López Obrador por los tiempos de transición que se viven, ya que el posible elegido o elegida entrará en funciones en la siguiente administración federal y obtendrá aprobación de la actual Cámara Alta, dominada por Morena.

Los otros dos procesos caerán 100% en las manos del próximo presidente y se trata de los sustitución de la ministra Margarita Luna Ramos que termina su periodo en febrero del 2019 y del ministro José Fernando Franco González Salas que finaliza su gestión en diciembre del 2021.

Según el artículo 96 constitucional, el proceso para nombrar a un ministro de la SCJN consiste en que el presidente propone una terna, quienes deberán comparecer y luego uno deberá ser elegido por el Senado con un voto de las dos terceras partes.

Expertos en el tema han expresado la importancia de fortalecer las facultades de la Suprema Corte con perfiles acordes a sus retos y que el proceso de selección sea transparente dada la importancia del órgano en el sistema de justicia así como su contrapeso con los otros poderes.

El pasado 31 de octubre se pronunció el Panel Internacional para la Selección de Ministra/o de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, compuesto por el venezolano Carlos Ayala, la colombiana Catarina Botero y la chilena Macarena Sáenz, quienes impulsados por organizaciones civiles se comprometieron a realizar una revisión puntual del proceso, primero con el caso de la sustitución de Cossío Díaz.

Para Juan Jesús Garza Onofre, abogado y experto en temas jurídicos, la elección y designación de los ministros de la Suprema Corte es igual de importante que la de los representantes populares de los otros poderes en México, aunque no se hace por medio de voto directo, pero sí es clave saber qué perfiles llegan a las funciones.

“Sencillamente hemos descuidado a otro de los poderes que bajo los actuales esquemas de nuestro estado constitucional y democrático ha tomado muchísima relevancia y es el Poder Judicial (…) en ese sentido conviene saber quiénes son nuestros juzgadores, el sentido de sus votos y saber los perfiles que llegan”, explica.

Garza Onofre agrega: “Es muy importante porque el rol político de la Suprema Corte va a generar un fuerte influjo en la vida democrática, al momento en que ellos a partir del sistema como está estructurado pueden propulsar discusiones como ha sido tradicionalmente el matrimonio igualitario, los derechos reproductivos y sexuales, y ahora vemos el caso de la marihuana”.

Los consejeros de AMLO

Las decisiones que tome López Obrador sobre el tema de la Suprema Corte de Justicia de la Nación serán vitales para su próximo gobierno, por lo que deberá dejar a un lado el viejo sospechosismo sobre la influencia del poder presidencial en el órgano de justicia, aunque sean designaciones con una gran carga política.

En el grupo cercano se identifican dos personajes de toda su confianza y con gran influencia en sus decisiones en el ámbito jurídico: Olga Sánchez Cordero y Julio Scherer Ibarra.

La primera se trata de la próxima secretaria de Gobernación, actualmente senadora de Morena y con gran peso en la bancada mayoritaria, quien será clave para las futuras designaciones del máximo órgano judicial.

Olga Sánchez Cordero y Andrés Manuel López Obrador. (Foto: Getty)

Sánchez Cordero, ministra de la SCJN de 1995 al 2015, es una de las asesoras en el tema para el próximo presidente, además que ha quedado justificada la confianza que tiene en ella al nombrarla como encargada de la política interior del país.

El segundo es el abogado personal de López Obrador, a quien le encargó tareas clave en la campaña como la coordinación en la región de Veracruz, Oaxaca, Chiapas, Campeche, Yucatán, Tabasco y Quintana Roo, donde entregó buenas notas.

Scherer García se convertirá a partir del próximo 1 de diciembre en el encargado de la Consejería Jurídica del Ejecutivo Federal (CJEF), papel clave para lograr que las reformas y cambios que quiere impulsar la nueva administración no encuentren obstáculos jurídicos.

Julio Scherrer Ibarra y Andrés Manuel López Obrador.(Foto: Reuters)

Por los escritorios de Sánchez Cordero y Scherer Ibarra pasarán las ternas que tendrá que presentar López Obrador para sustituir en el 2019 a Margarita Luna y en el 2021 a Fernando Franco, quien tiene el dominio de la bancada de su partido en el Senado.

Han trascendido nombres de posibles candidatos que podrían ser impulsados en las ternas en la era lopezobradorista, entre los que se encuentran Leticia Bonifaz, directora general de derechos humanos en la Suprema Corte; Édgar Elías Azar, actual embajador en los Países Bajos y ex presidente del Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad de México; y Yazmín Esquivel Mossa, presidenta del Tribunal de lo Contencioso Administrativo de la CDMX, quien es esposa de José María Riobóo, el ingeniero detrás del proyecto de ampliación de la base militar de Santa Lucía.

“Al final de cuentas es lo bueno que existan órganos colegiados que toman decisiones tan importantes, que sus nombramientos sean pensados para que sean durante 15 años y trasciendan un determinado sexenio (…) lo cierto es de que las propuestas que haga el próximo presidente puede equilibrar la balanza a cómo están los lugares en la Suprema Corte, o por lo menos llamar la atención sobre un determinado perfil de juez que busque impulsar sus reformas”, indica el especialista Juan Jesús Garza Onofre.

El también profesor de la Facultad Libre de Derecho de Monterrey destaca que el escalonamiento que existe al interior de la SCJN permite que ningún presidente pueda tener una corte a modo que pierda su contrapeso con los otros poderes. “En ese sentido, no estaría preocupado si va a proponer perfiles a modo o afines, yo creo que esa es la esencia de la Suprema Corte de Justicia y de los órganos colegiados, saber que pueden fungir de contrapeso a cualquier política de Estado”, expone.

Paridad de género y nepotismo

El primer acercamiento mediático de Andrés Manuel López Obrador con los ministros de la Suprema Corte fue el anunció de que recortaría el sueldo de todos los funcionarios, entre los que se encontraban los 11 que la componen.

Tras la tensión vino una reunión donde hubo un compromiso de la SCJN a reducir 5,000 millones de pesos aunque no se aclaró en qué rubros. En campaña el próximo presidente lanzó duras críticas contra los ministros, a quienes se refirió como “alcahuetes de la mafia del poder”.

A partir del 1 de diciembre iniciará una nueva relación entre el Poder Ejecutivo y el Poder Judicial, y algunos temas que podría causar polémica son las denuncias que han existido sobre la falta de mujeres en los cargos altos de la Suprema Corte, así como el presunto nepotismo de los servidores públicos.

Organismos civiles que exigen transparencia en los procesos de selección piden también un espacio para las mujeres. Datos muestran cómo la balanza aún continúa muy dispareja. Desde 1995, apenas 16 mujeres han sido presentadas en las ternas como candidatas, de las cuales sólo tres fueron designadas: Olga Sánchez Cordero, Margarita Luna Ramos y Norma Lucía Piña Hernández.

En tanto, desde ese año a la fecha fueron postulados 49 hombres por el presidente en turno para las ternas, de los cuales 19 lograron el cargo de magistrados en la SCJN.

Las nuevas tendencias del constitucionalismo hablan de que incluso los órganos contramayoritarios necesitan ser un reflejo de la población de un determinado entorno, en ese sentido actualmente en la Suprema Corte que de 11 ministros solo dos sean mujeres, en definitiva te habla de la urgencia de que al Poder Judicial lleguen perfiles a puestos directivos que sean mujeres

Juan Jesús Garza Onofre, catedrático y abogado

El informe “El déficit meritocrático, nepotismo y redes familiares en el Poder Judicial dela Federación”, de Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad, encabezado por el investigador Julio Ríos, mostró en febrero pasado que el 51% de los jueces y magistrados han logrado que algún familiar trabaje en su misma área.

También investigaciones periodísticas revelaron los casos de las hijas de los ministros Luis María Aguilar Morales y Jorge Mario Pardo Rebolledo, quienes trabajan en cargos relacionadas a sus áreas, una auténtica caja de pandora al interior del importante Poder Judicial.

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