Pemex está incumpliendo con el proceso de exploración del campo de Zama, lo que impediría un acuerdo tradicional con la petrolera Talos Energy y llevaría el arbitraje a la Secretaría de Energía, que se ha mostrado del lado de la empresa del Estado una y otra vez.

Esta postura no es casualidad y podría significar un nuevo modus operandi para la compañía, basado en su buena relación, consideraron expertos.

Talos comenzó la exploración de forma prácticamente inmediata tras ganar la licitación, explicó Ricardo Granados, analista de mercados regulados en Ombudsman Energía México.

La empresa estadounidense cumplió con su deber de acercarse a Pemex para poder dividir la producción del campo, por lo que la empresa estatal se comprometió a hacer su parte de la exploración para ayudar a determinar los recursos existentes.

El primer problema radica en que, cuando se descubrió la posibilidad de campos productivos adyacentes, no existía la legislatura para regularlos, por lo que la Comisión Nacional de Hidrocarburos y Secretaría de Energía tuvieron que redactar una definición. En ésta se explica que, en caso de falta de acuerdo, la dependencia sería la que tomaría la decisión final.

Pemex se había comprometido a cumplir con su parte de la exploración para el primer trimestre de este año, pero su falta de acción hasta el momento deja entrever que no sucederá.

Granados detalló además que la maquinaria necesaria para realizar esta tarea estuvo disponible durante el 2019, pero la empresa decidió comprometerla a otros campos exploratorios que seguramente no se finalizarán sino hasta después de febrero.

Una de las principales complicaciones para Talos es que, incluso como operador, tendría que ceder la mayor parte de la producción del campo al Estado.

Talos estaba invirtiendo y arriesgando todo el capital para poder obtener solamente el 31.1% de la venta de la producción. Si Sener decide que Pemex es el operador, Talos estaría perdiendo todo este recurso

resaltó Granados.

La inversión total que Talos comprometió para la exploración y producción del este y otro campo asciende a 143 millones de dólares.

El futuro del caso es incierto. Pemex tiene hasta septiembre de este año para hacer el proceso de evaluación y llegar a un acuerdo. Este le tomó alrededor de un año a Talos, si Pemex empieza después de abril, no tendrá suficiente información para determinar un acuerdo, y entonces entraría la Sener.

Este potencial final para el proceso envía señales negativas a la industria privada sobre la seguridad de sus inversiones en México, señaló Adrián Calcaneo, director de midstream y líquidos para IHS Markit, pero también refleja viejos problemas con la legislatura mexicana.

“La reforma energética fue un logro maravilloso. El avance fue mayor, pero a quienes redactaron las leyes les faltó imaginación al momento de pensar en las posibilidades que la ley estaba permitiendo: pasó con las ternas de los comisionados de la Comisión Reguladora de Energía y de alguna forma está pasando ahora. Al escribir la ley les faltó especificidad en algunos puntos”, dijo.