Pemex ha decidido retomar la rehabilitación de la refinería de Tula tras cuatro años de obras detenidas. La conclusión del proyecto dependerá de la habilidad de la empresa mexicana de atraer a un socio privado, misión para la cual el esquema de financiamiento y la presión del sindicato de trabajadores podrían ser los principales obstáculos.
“Estamos en un punto donde debería haber sido muy sencillo definir que esta rehabilitación es necesaria”, señaló David Rosales, Socio de Midstream & Downstream en la consultora Talanza Energy. “Creo que hay un tema de recursos en el que se tenía que encontrar un mecanismo distinto a PIDIREGAS para utilizar cuando no hay dinero, porque no lo hay”.
Las obras originales, iniciadas durante el sexenio pasado, gastaron una cuarta parte del presupuesto asignado, pero tuvieron que detenerse debido a problemas con los contratos, que involucraban a Odebrecht, que tuvieron que ser cancelados y rehechos.
Para cuando el consejo de administración de Pemex obtuvo los nuevos contratos, el sexenio estaba por terminar, por lo que no se continuó con el proyecto. Ahora, el gobierno de López Obrador romperá con su costumbre y retomará una obra del sexenio anterior.
La decisión de formar una alianza estratégica con una empresa privada surge de la insuficiencia de flujos, explicó Erick Sánchez Salas, Business Developer de IHS Markit.
Sin embargo, este plan podría encontrarse con problemas que ya han existido en el pasado: en 2016, Pemex estaba analizando la desinversión de la Refinería de Madero e incluso tenía un comprador, pero la compra se vino abajo porque la empresa estatal quería quedarse con la operación de las instalaciones y cederla al sindicato de trabajadores petroleros.
“Esto hace inviable casi cualquier proyecto por el número de personal que el sindicato pretende emplear. Arruinas tu racionalidad de la rentabilidad”, destacó Sánchez Salas.
A razón de la capacidad productiva del Sistema Nacional de Refinación, la plantilla de Pemex se encuentra muy por encima del promedio mundial.
La empresa tendría que despedir a casi 75% de la plantilla empleada en este sistema y mantener su productividad para acercarse a los promedios mundiales de eficiencia.
Si Pemex quisiera mantener la operación de la refinería, podría elegir pagar una tarifa plana durante el periodo de construcción y operación.
El problema, explicó Sánchez Salas, es que la operación continúa jugando un papel vital en los dividendos de la refinería. “Es muy poco probable que alguien interesado entre en una sociedad en la que la rentabilidad se vea mermada por el tema operativo”, advirtió.
Además, el experto advirtió que es importante considerar el horizonte que el negocio representa. Las estimaciones de la Agencia Internacional de Energía señalan que la crisis de coronavirus está acelerando la transición energética, y mermando la demanda internacional de gasolinas en alrededor de 10% en el corto plazo.
“Para México hay una respuesta hasta más emocional que económica. Hay gente que buscará cambiar el transporte público por una bicicleta para evitar compartir espacios y reducir contagios(…) Hay que pensar en los retos económicos además de los técnicos”, apuntó.
Rosales es más optimista, y señaló que hay apetito en el mercado por proyectos como estos, pero aclaró que Tula será especialmente atractivo para las empresas que se resignen a que tardarán en recuperar su inversión, así como las empresas con capacidad ociosa a las que les está costando no producir.
Pemex aún no ha elegido la empresa con la que establecerá la posible alianza, y el experto señaló que hay cinco o seis empresas en el mundo capaces de vender la tecnología que la refinería necesita.
Una vez que la empresa sea elegida, la rehabilitación podría tomar entre 20 y 26 meses, más otros seis para llevar las instalaciones a total operatividad.
Según el diario El Universal, esta meta es de un aumento de 32% en la producción de gasolina y de 92% en la producción de diésel. La inversión podría mantener a la refinería produciendo en estos niveles alrededor de 20 años si se realizaran los trabajos de mantenimiento necesarios.