Paul Polman, CEO de Unilever, deja sus filas después de una década al frente de la compañía, tan solo unos días después de renunciar a su proyecto de desplazar su sede de Londres hacia Róterdam, Holanda, plan que causó el enojo de sus accionistas.

“Mientras me preparo para dimitir como CEO, reflexiono y me siento humilde ante la increíble pasión, dedicación de nuestra gente y su compromiso inquebrantable de crear un negocio próspero y orientado a los propósitos. Gracias a todos por ser tan maravillosos colegas y amigos”, escribió Paul en su cuenta de Twitter junto a una selfie de despedida.

 




La multinacional tiene desde hace casi una década una presencia jurídica en Gran Bretaña y en Holanda. En marzo, Polman presentó un proyecto para reagrupar su sede en una sola entidad jurídica en Róterdam, en donde planeaba pagar sus impuestos, lo que debía permitirle crear valor para sus accionistas.

Unilever precisaba que no debía tener consecuencias en términos de empleo y planeaba seguir cotizando en las Bolsas de Londres, Ámsterdam y Nueva York.

El gigante del sector agroalimentario y de cosméticos no hizo entonces referencia al Brexit, previsto para fines de marzo de 2019, para justificar su decisión, pero en el contexto de entonces su anuncio tuvo un alto simbolismo.

Varios accionistas de peso planeaban votar en contra del proyecto en la próxima asamblea general de accionistas. Temían el impacto financiero de una posible salida del título de Unilever del FTSE-100 londinense y, al final, lograron su objetivo de cancelar el proyecto.

“El Consejo de Administración de Unilever decidió retirar su propuesta de simplificar la estructura jurídica con dos sedes”, explicó el grupo en un comunicado el pasado viernes.


“Reconocemos que la propuesta no obtuvo suficiente apoyo de parte de un grupo importante de accionistas y estimamos que es apropiado retirarla”.

Un CEO ‘sustentable’

Durante su paso por Unilever, Polman fue uno de los principales impulsores de medidas de sotenibilidad en el mundo de los negocios.

Pero su énfasis en alinear la rentabilidad con propósitos sociales no era muy del agrado de los accionistas, que a veces lo criticaban por no poner el foco de su atención en el retorno de los títulos.

Ante las críticas, el año pasado Polman destacó que el avance de las acciones de Unilever durante su mandato fue de 159%, comparado con 154% de Berkshire Hathaway, de Warren Buffett, uno de los principales inversionistas de Kraft Heinz.

Al día de hoy, el retorno de las acciones de Unilever desde que Polman se convirtió en CEO es de 170%, frente a 236% de Berkshire Hathaway, detalla Fortune.

“Consideramos que Polman ha sido un CEO de Unilever excepcionalmente bueno”, dijo el analista de Berstein Research Andrew Wood.

¿Quién tomará su lugar?

La compañía anglo-holandesa eligió al presidente de su unidad de Belleza y Cuidado Personal, Alan Jope, para suceder a Polman el 1 de enero.

Frente a esa división, Jope impulsó el uso de nuevas herramientas de marketing para atraer marcas como Ben & Jerry’s y el jabón Dove a clientes más jóvenes.

Unilever se inclinó por Jope, un experto con conocimiento digital como su próximo CEO, considera Bloomberg, para conectarse con millennials y solucionar su desafío más grande: la falta de nuevos clientes.

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