Enero ha traído noticias relevantes en materia de autos eléctricos.
Conglomerados internacionales anunciaron una iniciativa para electrificar un mayor porcentaje de sus flotas; Tesla rebasó los 100,000 millones de dólares en su valuación; y General Motors anunció una inversión en su fábrica de Detroit para adaptarse a la producción de este tipo de vehículos.
Estas y otras circunstancias pintan a 2020 como el año en el que los autos eléctricos podrían consolidarse como una opción viable para el transporte.
“Toda tecnología limpia empieza a ser común por razones ambientales y después por razones económicas. Los autos de combustión interna pierden alrededor del 60% de la energía que producen, además de que la energía eléctrica es más barata y está disponible en tu casa. La paridad de precios entre vehículos eléctricos y de combustión se ha pronosticado para 2024, pero podría ocurrir antes”, explicó Víctor Ramírez, analista del sector.
GM reveló esta semana que invertirá 2,200 millones de dólares en su planta de Detroit-Hamtramck para adecuarla a la producción de vehículos eléctricos y autónomos.
La planta experimentará un cambio de modelos que terminará dentro de 12 o18 meses, cuando se estará produciendo una nueva Hummer y la recién anunciada Cruise Origin, un vehículo autónomo de seis pasajeros.
La incursión de una marca automotriz “tradicional” en la producción de autos eléctricos es importante porque la empresa que logre producir un vehículo eléctrico para las masas no necesariamente será Tesla, consideró Ramírez.
“Tesla se ha dedicado a la innovación, pero otras marcas ya han sido exitosas en híbridos y ahora podrían repetir con eléctricos”, dijo.
La semana pasada se anunció la creación de la Alianza Corporativa de Vehículos Eléctricos (CEVA), una alianza que busca la colaboración para la implementación de vehículos eléctricos. La presencia de importantes compañías como Amazon, DHL, Ikea y AT&T es fundamental debido a las ventajas que la carga centralizada otorga a las empresas que manejan flotillas.
La alianza está coordinada por Ceres, una ONG que aboga por inversiones sustentables. Uno de los primeros objetivos de CEVA es el de ayudar al crecimiento y diversificación de la oferta de vehículos eléctricos al mostrarle al mercado el tamaño de la demanda.
Tesla alcanzó valuaciones superiores a los 100,000 millones de dólares durante este mes, las cuales sobrepasan el valor combinado de GM y Ford. A pesar de que las ventas totales de Tesla en Estados Unidos alcanzan apenas el 6.5% de las ventas de GM, los inversionistas se mostraron optimistas ante la percepción de marca y los avances tecnológicos que Tesla ha logrado.
“Tesla ha conseguido mejoras del 40% en costos y rango operativo en los últimos siete años. La competencia se está quedando atrás”, advirtió Pierre Ferragu, analista de New Street Research.
En este mismo periodo, la compañía logró detener sus pérdidas e incluso reportó una ganancia de 143 millones de dólares tras la entrega de 97,000 unidades durante el tercer trimestre del año pasado. En el último trimestre, las ventas ascendieron a 112,000 unidades, pero aún no se han reportado las ganancias.
El segmento sigue viendo la entrada de nuevos jugadores y, de acuerdo con Reuters, Rivian anunciará los precios de sus vehículos en los próximos días, “los cuales podrían ser más bajos de lo que se esperaba”. Rivian cuenta con inversiones de Ford y Amazon, por lo que el mercado tiene confianza que la empresa eventualmente será capaz de producir vehículos en masa.
La óptica social ha impulsado a otras empresas, como Uber, a voltear hacia los vehículos eléctricos: la semana pasada la compañía anunció que otorgará descuentos para que 2,000 conductores londinenses adquieran vehículos eléctricos de Nissan.
La inversión es una apuesta arriesgada para Uber, pues ocurre en un mercado que ya le retiró la licencia y que sólo le está permitiendo operar porque existe un proceso de apelación.
La rápida adopción de empresas privadas y la inversión de muchas ciudades en transporte público eléctrico podría ser el mayor impulso para que la investigación impulse una paridad de precios más expedita.