La huelga de los 49,000 trabajadores de General Motors en Estados Unidos se encuentra en su tercera semana. El paro ya afectó a plantas en Canadá y México, las cuales han tenido que parar operaciones como consecuencia directa del conflicto. No obstante, las razones de fondo de la huelga también podrían tener un impacto aún mayor y más duradero en la industria automotriz mexicana.

La industria automotriz está atravesando un proceso de transición. En la zona del bajío hay un pasillo industrial donde los trabajadores no defienden sus derechos porque prácticamente es un privilegio trabajar en esas condiciones(…) Sí hay muchos pendientes por parte de las autoridades de los tres niveles para tratar de regular el compromiso de las compañías que ahí producen

Eugenia Correa, profesora posgrado en Economía, UNAM

Esta semana, GM México anunció mediante un vocero que su planta de Silao, especializada en construir transmisiones, tendría que interrumpir temporalmente sus actividades debido a la escasez de una refacción ligada a la huelga del sindicato estadounidense.

El paro afecta a 6,000 trabajadores mexicanos.

Los avances en materia de automatización y la apuesta de las grandes marcas mundiales por un futuro de vehículos eléctricos son dos de las principales preocupaciones detrás de la huelga en Ohio.

De acuerdo con un estudio realizado por la consultoría AlixPartners, el ensamble de una batería y un motor eléctrico toma 40% menos tiempo que el de un motor de combustión y una transmisión, por lo que la pérdida de empleos en la industria en los próximos años podría ser considerable.

El CEO de Grupo VW, Herbert Diess, ha apuntado que la construcción de un auto eléctrico puede ser completada con 30% menos mano de obra. Esto representaría una pérdida mundial de tres millones de empleos, y una pérdida en México de más de 270,000 empleos.

El panorama podría ser aún más sombrío: Adam Jonas, analista de Morgan Stanley, estima que compañías que iniciaron construyendo vehículos eléctricos, como Tesla y Rivian, podrían reducir las necesidades de mano de obra tradicional en un 50% “y tal vez más”.

De acuerdo con Ha Bu-young, líder sindical de la división automotriz de Hyundai, los vehículos eléctricos podrían costar “hasta 70% de los empleos”.

La reducción de plazas en las fábricas tradicionales abrirá espacio a otras oportunidades en áreas como desarrollo y fabricación de baterías, pero los números no serán comparables. Además, aunque los salarios serán más altos, la mayoría de las plazas estarán destinadas a trabajadores más especializados.

La industria también se está preparando para continuar con temas de outsourcing para poderse deshacer de empleados lo más pronto posible. Estados Unidos ya inició desde hace tiempo a capacitar a su gente para robótica y servicios, con temas de videojuegos e industria informática, y hoy por hoy están más listos para estos cambios de tecnología

Manuel Díaz, Director, GrupoEI

México tiene cuatro complejos de GM: Silao, Ramos Arizpe, San Luis Potosí y Toluca. La empresa estadounidense tiene más de 19,000 empleados en el país, incluyendo administrativos.

La otra empresa que ha expresado compromiso con un futuro eléctrico, VW, tiene 12,000 empleados en su planta de Puebla, la cual este año vio el retiro voluntario de 700 trabajadores para afrontar la crisis. La compañía alemana también tiene plantas en Silao y San José Chiapa.

La Asociación Mexicana de la Industria Automotriz y el Sindicato de Trabajadores de la Industria Metal Mecánica Automotriz Similares y Conexos de la República Mexicana fueron contactados por El CEO, pero no respondieron a la solicitud de entrevista.