El desabasto de gasolinas en estaciones de servicio, provocado por la nueva estrategia de combate al robo de combustibles (huachicoleo), abre la puerta para que empresarios gasolineros del país aceleren el paso en la búsqueda de nuevos proveedores, dijeron analistas del sector.

“Sin duda, lo que sucedió va a hacer que los compradores de combustible busquen fuentes alternativas de abastecimiento y eso va a reducir probablemente de manera significativa la participación de Pemex en el mercado total”, dijo Luis Miguel Labardini, experto en el sector energético y socio del despacho Marcos y Asociados.

Las gasolinerías que están en posibilidades de adquirir y comercializar un combustible de importación de manera más rápida son aquellas que ostentan una marca distinta a Pemex.

Algunas de ellas son Gulf, Shell y BP que, aunque ya tienen una marca diferente, siguen comprando la molécula a la petrolera nacional.

Es el caso contrario de empresas que, prácticamente desde que iniciaron operaciones, apostaron por vender su propia gasolina importada como es el caso de ExxonMobil; G500, que importa de la mano de su socio suizo Glencore; Black Gold, que lo hace a través de Windstar, y Total.

La búsqueda de nuevos proveedores haría que Pemex pierda relevancia en el mercado total, como pasó en el mercado del gas LP, ejemplificó Labardini.

“Lo que pasó con el gas LP es que se cayó la participación de Pemex en ese sector porque todas esas empresas empezaron a importar por su lado. Esto podría pasar con las gasolinas”, dijo.

La relevancia de Pemex en el mercado nacional de gasolinas es indiscutible. Pemex hoy atiende a más de 90% de las 12,000 gasolineras del país independientemente de la marca que manejen (marca Pemex u otras marcas nacionales o extranjeras).

Sin embargo, para los empresarios gasolineros que son franquiciatarios de la petrolera nacional, la historia es diferente.

Los empresarios dueños de gasolineras de marca Pemex que quisieran buscar nuevos proveedores tendrían que renunciar a su contrato de franquicia o conseguir un permiso especial de la petrolera nacional.

“(Los franquiciatarios de Pemex podrían buscar otros proveedores) siempre y cuando Pemex les dé la autorización por la emergencia y la falta de abasto para poder contactar a otra compañía, porque ellos tienen un contrato que puede ser de uno año o hasta cinco años”, dijo Ramsés Pech, analista del sector energético.

Hasta este momento, ningún empresario ha realizado alguna solicitud relacionada, de acuerdo con el representante de los empresarios gasolineros a nivel nacional.

(El empresario) tendría que terminar su contrato con Pemex de franquicia o tendría que pedirle una excepción a Pemex lo cual, hasta donde yo tengo conocimiento, no se ha dado

dijo Roberto Díaz de León, presidente de Onexpo, la organización que representa al sector gasolinero nacional.

El lunes 14 de enero, el gobernador de Guanajuato dijo que 64 empresas con presencia en su estado están en negociaciones con petroleras estadounidenses para recibir gasolina para reducir la dependencia de la red de Pemex, según reportó el diario Reforma.

El gobernador evitó dar detalles sobre cuáles son las empresas que ya negocian con petroleras extranjeras, pero el empresario gasolinero de la Onexpo dijo que las empresas que podrían estar buscando esos acuerdos son precisamente aquellas que no tienen franquicia Pemex.

“Realmente las empresas con marca nacional e internacional diferente a Pemex que ya tienen sus permisos de importación están en el proceso de introducir su combustible a nuestro país”, dijo.

La falta de infraestructura pone frenos

Aunque las gasolineras de marcas aceleran la búsqueda de nuevos proveedores, tienen frenos para liberarse por completo de Pemex. La razón: falta de infraestructura.

Hay empresas con permiso para importar, pero no realizan esa actividad porque no tienen dónde almacenar las gasolinas.

La Secretaría de Energía (Sener) ha emitido 522 permisos para la importación de gasolinas al país, pero alrededor de 12 se encuentran realmente activas importando combustibles.

 

Mientras no haya proyectos de infraestructura que permitan hacer uso de estos permisos de importación, difícilmente se pueden dar estas actividades, porque dónde guardarían el producto. Tal vez lo pueden hacer las empresas que ya cuentan con un esquema de cadena privada de infraestructura para almacenar, transportar y distribuir, pero son casos muy contados

dijo Roberto Díaz de León, de Onexpo.

De acuerdo con información de la Secretaría de Economía, a diciembre de 2018 había 36 proyectos de almacenamiento y distribución de petrolíferos con permiso otorgado por la Comisión Reguladora de Energía (CRE) y llegan a 41 considerando los que se encuentran en revisión.

“La ventaja que tiene Pemex es que cuenta con la poca infraestructura de almacenamiento y distribución que hay en el país. Pero los proyectos privados de almacenamiento (que están en proceso) van a reducir la vulnerabilidad del sistema de abasto”, dijo Labardini.

El desabasto de gasolinas en distintos estados del país comenzó en diciembre de 2018 cuando el presidente Andrés Manuel López Obrador implementó un nuevo plan de combate al robo de gasolinas.

El plan consistió en cerrar la llave de los ductos que llevan gasolinas a la zona centro del país y surtir a las estaciones de servicio mediante pipas, lo que es más tardado e insuficiente, por lo que algunas gasolineras cerraron ante la falta de la molécula y una demanda que no podían atender.