La forma en la que compramos los alimentos no será la misma después del coronavirus. Se espera que el consumidor privilegie ciertas opciones al momento de gastar su dinero en comida, en la forma en que la recibe, las consume y la prepara, de acuerdo a un reporte de la consultora de mercados, Euromonitor International.
En el panorama supuesto por la consultora, se prevén cambios inmediatos, otros de mediano y largo efecto –durante los momentos más difíciles de la recesión económica global- y algunos que se queden incluso acabada la emergencia sanitaria global.
Los primeros efectos ya se vieron en el mundo. La forma en que los consumidores compraron durante las primeras fases del contagio sirvió para que las tiendas de autoservicios, mercados, tiendas de conveniencia y de abarrotes vislumbraran la nueva realidad.
Durante estos primeros días se realizaron compras de pánico que puso a prueba las cadenas de suministros globales para proveer de alimentos. De esta forma, se tuvieron que ajustar a la nueva realidad por la que se atravesaba.
En la segunda etapa de medio a largo término planteada por la consultora, los consumidores buscarán una oferta de valor mayor en lo que ingieran, además de que, la forma de alimentarse no será igual.
Ante una recesión económica a nivel global y como un método de prevención de contagios, las personas optarán por comprar ellos mismos, así como preparar sus alimentos. Así, los servicios de comida quedarán en un segundo plano.
Por último, los efectos duraderos que tendrá sobre la población la actual población será una mayor penetración del comercio electrónico al momento de pedir víveres.
También, los clientes tendrán una mayor conciencia sobre las medidas higiénicas que tienen los productos comestibles y su procedencia, así como un cambio para priorizar la salud y el wellness en los productos.