Si se priorizara la energía generada por la Comisión Federal de Electricidad (CFE) por encima de la generada por privados, no solo se tendría un impacto en los costos de la energía, sino también en los subsidios que el gobierno tendría que implementar para mantener su promesa de no alzar los precios de la electricidad.
En diversas ocasiones, directivos de la empresa productiva del estado han expresado que CFE es capaz de producir energía suficiente para satisfacer hasta 80% de la demanda eléctrica nacional, y que no lo hace porque existen contratos con privados producto de las Subastas de Largo Plazo y Productores Independientes de Energía (PIE).
Los ciclos combinados de CFE han estado por ahí de los 1,500 pesos (por megawatt-hora/MWh) y un ciclo combinado privado de PIE ha llegado a estar en $500/MWh. Lo que no está generando de CFE es lo que no entra por despacho económico, y lo que se está diciendo es que eso es lo que se tiene que poner a operar
explicó Víctor Ramírez, analista del sector y vocero de Plataforma México Clima y Energía.
La generación a través de combustión interna y turbogas, otras de las tecnologías de CFE que han caído en desuso de forma paulatina, pueden superar los $2,000/MWh, mientras que el precio de generación de termoeléctricas y carboeléctricas puede variar entre $1,500 y $2,300/MWh.
Sumadas, estas cuatro tecnologías representan el 42.6% de la capacidad instalada de CFE. Por otra parte, las subastas de largo plazo han tenido como resultado parques de generación con costos de alrededor de $387/MWh.
De acuerdo a la CFE, la capacidad total instalada de energía limpia renovable es de 28,714MW, o 64% de la capacidad total instalada de la empresa estatal.
Gobierno subsidiaría más
Esta discrepancia en los costos de distintas tecnologías de generación significa que, de echar a andar las plantas que se encuentran en desuso, el gobierno federal tendría que destinar mayor presupuesto al subsidio de energía eléctrica si quiere cumplir con su promesa de evitar alzas en los recibos de luz.
El tamaño real de este crecimiento es difícil de calcular, pues se desconoce las plantas específicas que CFE dejaría de despachar para hacer espacio a sus plantas más antiguas. Estos números, además, serían comparados con el escenario actual, y no con el escenario ideal en el que se respetara el despacho económico sin argumentar “confiabilidad”.
“CFE está metido en un juego político de transmitir el mensaje de que no se les deja generar porque no hay contratos. Esto no existe porque no hay contratos que pongan la generación privada por encima de CFE: lo que no lo deja generar es su ineficiencia, porque la lógica del mercado eléctrico es que el servicio público tiene que ser provisto al menor costo posible para la sociedad, y de ahí se derivan estas ‘limitaciones’”, explicó una fuente que prefirió no ser identificada.
La entrada de estas plantas a la base de la matriz traería consigo también un aumento en costos asociados como el mantenimiento, pues estos procesos no son idénticos para plantas de respaldo y para plantas de generación constante. Además, Ramírez destacó que las plantas de CFE pueden generar el 80% de la demanda en el papel, pero su avanzada edad hace pensar que su eficiencia ya no es la reportada.
Ramírez explicó que dar prioridad a la energía de CFE también sería un problema para la estabilidad de la red, pues el promedio de edad de las plantas de la compañía es superior a los 30 años, lo que provoca que existan indisponibilidades en las plantas térmicas que incluso pueden ser más grandes que la indisposición de las energías renovables.
Además, algunas de estas plantas operan hoy como respaldo de generación. Esto quiere decir que, en caso de ser puestas en marcha como generación constante tendría que encontrarse una forma de sustituir la energía que la matriz utiliza como red de seguridad.