Hay una lista de un par de decenas de aerolíneas mexicanas que han dejado de operar debido a múltiples factores, incluyendo suspensiones y quiebras. Entre ellas, se encuentra Aviacsa, una compañía aérea que nació en Chiapas y tuvo una vida ‘turbulenta’ que terminó con una suspensión definitiva. 

En 1997, Aviacsa fue nombrada por el columnista de la Jornada, Jaime Avilés, como la aerolínea ‘de la mala suerte’ debido al largo historial de fallas y cambios. Una de ellas terminó como uno de los peores accidentes en la historia de la aviación mexicana. Y, después de ese año, sus desventuras continuaron hasta que se materializó el cierre definitivo.

La historia de Aviacsa, la aerolínea mexicana que dejó de existir
Fotografía: Wikimedia Commons

¿Cómo nació Aviacsa?

La Jornada explica que Aviacsa nació en Chiapas en 1988. Inicialmente fue una empresa gubernamental, pero fue privatizada en favor del entonces gobernador de la entidad, Patrocinio González Blanco y un grupo de inversionistas que crearon un consorcio. Sus primeros vuelos conectaban al estado sureño con Campeche, Yucatán y Quintana Roo, entre otras entidades.

Después de su creación, Aviacsa fue vendida a los empresarios dueños de Aeroexo, Alejandro y Eduardo Morales Mega, quienes la fusionaron con la compañía y administraron por las siguientes dos décadas. Ellos ampliaron la cobertura de la aerolínea y consolidaron 25 destinos a México y Estados Unidos a través de una flota de 26 aeronaves.

En este contexto, también lideraron la renovación de la flota aérea de Aviacsa. Hasta ese momento, únicamente contaba con aeronaves tipo Boeing 727, que eran de las más antiguas del mercado. Tras adquirir nuevos modelos de Boeing 737, también renovaron su imagen corporativa.

Sufrió un accidente cuando estaba recién creada

En 1990, unos meses después de operar, Aviacsa sufrió uno de los accidentes más graves de la aviación mexicana. Se trató de una colisión en la que fallecieron 27 personas que acudían desde Tapachula a un evento del Papa Juan Pablo II en Tuxtla Gutiérrez, indicó la cobertura de El País.

Este evento fue provocado por la explosión de uno de los motores de la aeronave tipo Fokker. De los 38 ocupantes, sólo 5 resultaron ilesos y 6 fueron rescatados con heridas.

Según testigos, el avión de Aviacsa se impactó a 300 metros de la cabecera de la pista del aeropuerto. Posteriormente, estalló en llamas y acudieron los servicios de rescate. Este accidente sería el mayor en la historia de la aerolínea, aunque estuvo acompañado de una decena de otros incidentes menores.

Su historial de accidentes

La cobertura periodística muestra un historial de eventualidades en Aviacsa como:

  • 2 de julio de 2009. Un avión sufrió la ponchadura de dos llantas al aterrizaje en Ciudad de México. Sin consecuencias graves.
  • 9 de diciembre de 1996. El vuelo 816 donde viajaba la periodista Cristina Pacheco tuvo una falla mecánica que ocasionó patrones de vuelo de emergencia.
  • 15 de diciembre de 1996. El vuelo 831 tuvo una falla mecánica en sus reactores y tuvo que volver al aeropuerto de origen.

Según La Jornada, esto mostraba bajo rigor y calidad en el mantenimiento de sus aeronaves.

La cumbre y caída de Aviacsa

El mejor momento de Aviacsa se dio durante los primeros años de la década de los 2000. En ese momento, pudo alcanzar una cuota del 13% del mercado mexicano, de modo que era la tercera aerolínea más grande después de Aeroméxico y Mexicana de Aviación.

En junio de 2009, la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) ordenó la suspensión de operaciones de Aviacsa debido a malas prácticas en el mantenimiento de sus aeronaves. Pero, a través de procedimientos legales, lograron mantenerse en el aire.

Un mes después, la aerolínea dejó de volar tras una suspensión definitiva de sus operaciones debido al adeudo de 22 millones de dólares hacia SENEAM, empresa que brinda servicios de aeronavegación a todas las compañías aéreas.

Aviacsa se declaró en concurso mercantil en julio de 2009 y finalizó este proceso hasta 2011. De acuerdo con El Economista, se había acordado una capitalización por parte de Grupo Madero, quien compró casi el 100% de las acciones de la aerolínea. Tras esta operación, se había proyectado el reinicio de los vuelos en ese año e incluso se vendieron boletos, pero nunca se concretó su salida al aire.

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