La guerra comercial iniciada por Donald Trump, presidente de Estados Unidos, le ha generado daños colaterales; uno de ellos está en el renminbi, mejor conocido como yuan, la moneda de China.
Mientras Trump acusa al país asiático de devaluar su moneda y con ello tener una ventaja injusta, su propia guerra comercial es la que ha presionado a la baja al yuan, que se acerca al soporte de siete unidades por dólar, un nivel no visto en 11 años.
Incluso, en la última década solo en tres momentos el yuan ha puesto a prueba la barrera de las siete unidades por dólar. La primera vez fue a finales de 2016 y a inicios de 2017, la segunda vez fue entre octubre y noviembre de 2018 y, la tercera ocasión, en junio de este año.
Este jueves, el yuan cerró en 6.9216 unidades por billete verde, de acuerdo con datos de Bloomberg.
Obviamente existe un vínculo entre la guerra comercial y los movimientos del yuan. Recientemente, la debilidad de la moneda china se ha debido a la gran presión por parte de Estados de Unidos
dijo Yi Gang, gobernador del Banco Popular de China, la semana pasada, en entrevista con Bloomberg.
Hasta el momento, Estados Unidos ha impuesto el equivalente a 250,000 millones de dólares en aranceles sobre productos chinos y tiene abierta la posibilidad de aplicar otros 325,000 millones de dólares. Además, Trump dijo que si no se reúne con Xi Jinping, presidente de China, en la próxima cumbre del G-20 en Japón, habrá consecuencias.
Exportaciones salen ganando
La devaluación del yuan –como en el caso de varias monedas– hace más competitivas las exportaciones.
En mayo, mientras el yuan se devaluó 2.53% ante la divisa estadounidense, las exportaciones de China aumentaron 1.1%, comparado con el mismo mes de 2018, a un total de 213,850 millones de dólares.
En todo el 2018, China exportó el equivalente a 2.49 billones dólares, seguido de Estados Unidos y Alemania con 1.66 billones y 1.56 billones dólares, respectivamente.
Devaluar su propia moneda también puede traer consecuencias negativas como el temor de provocar una salida masiva de capitales de su país y dañar la confianza de los inversionistas.
Para los mercados bursátiles, la apreciación del dólar –gracias a la debilidad del yuan– constituiría un indicio de desestabilización de las monedas, una caída de las perspectivas de crecimiento mundial y un incremento de la aversión al riesgo
comentó en un análisis Didier Saint Georges, miembro del Comité de Inversión de Carmignac, administradora de activos francesa.
Contrario con la que pasa con otras monedas, como el peso mexicano o el dólar, el comportamiento del yuan es influido por su banco central, el Banco Popular de China. China maneja dos monedas una dentro y otra fuera del país y cada una opera aparte, la diferencia entre ambas no llega a ser significativa por la influencia de su banco central.
Pese a ello, “el Banco Popular de China ya no ha intervenido en el mercado de divisas desde hace mucho tiempo, y espero que esta situación continúe, que no se intervenga”, dijo Yi.
Los pronósticos
Con todo y la tensión que existe entre China y Estados Unidos, BNP Paribas Asset Management no ha cambiado su pronóstico para finales de año de 6.65 yuanes por dólar.
La mayoría de los analistas coincide con BNP Paribas. De los 52 que dan cobertura al tipo de cambio yuan-dólar consultados por Bloomberg, 79% (41) estima que a finales de año la moneda china cerrará por debajo de los siete yuanes por dólar, en promedio la ubican en 6.88 yuanes por billete verde.
Nuestro escenario base sigue siendo que en los próximos meses surgirá un acuerdo para reinstalar una ‘tregua comercial’ para que se revierta el sentimiento negativo del renminbi y la presión sobre el tipo de cambio
comentó en un análisis, Chi Lo, economista Senior para China de BNP Paribas Asset Management.