Los inversionistas empiezan a migrar su atención del COVID-19 y el impacto que generó en la economía a las próximas vacunas. También a lo que harán los bancos centrales de diciembre en adelante.
Las expectativas de distintas vacunas son uno de los factores que impulsaron a los mercados de renta variable en noviembre.
Tan solo el Promedio Industrial Dow Jones logró su mejor mes desde enero de 1987 y el S&P/BMV IPC, de la Bolsa Mexicana de Valores, tuvo su mejor desempeño desde septiembre del 2005, gracias a que avanzaron 11.84 y 12.95%, respectivamente.
Ahora esperaría una rotación de sectores en Estados Unidos hacia aquellos enfocados en energías limpias e infraestructura. También se presentaría una rotación geográfica beneficiando a Europa, Asia y algunos países emergentes
dijo Jacobo Rodríguez, director de análisis financiero de Black Wallstreet Capital.
De corto plazo
De corto plazo, entre el 8 y 10 de diciembre, se espera que la Administración de Medicamentos y Alimentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) discuta la posible autorización de vacunas contra el COVID-19, lo que ayudará a trazar el rumbo de los mercados, de acuerdo con Rodríguez.
Farmacéuticas como Moderna y Pfizer desarrollaron vacunas contra el nuevo coronavirus y piden a los distintos gobiernos autorizaciones para su uso de emergencia. Sputnik V, otra vacuna contra el COVID-19 ya está siendo aplicada entre la población en Rusia.
Si bien las tensiones partidistas en Estados Unidos y la realidad del COVID-19 son un reto, las lecciones de cómo hacer negocios en una pandemia, la temporada de compras navideñas y la luz real al final del túnel gracias a la vacuna sugieren motivos de optimismo
dijo Jack Janasiewicz, estratega en Jefe y Gestor de Portafolio de Natixis IM, en una nota.
Billones de dólares
El optimismo de los mercados viene respaldado por millones de dólares que se inyectaron a distintas economías, como Estados Unidos y el bloque europeo, para una pronta reactivación.
La Reserva Federal (Fed) ubica su hoja de balance en 7.2 billones de dólares. Como referencia, el 26 de febrero, previo al impacto de la pandemia del COVID-19, la hoja de balance era de 4.1 billones de dólares.
La Fed destina 120,000 millones de dólares, al mes, para comprar bonos del Tesoro y papeles respaldados por hipotecas. Incluso, los miembros del banco central están dispuesto a incrementar el monto de compras o ampliar la duración de los estímulos.
Este pico de optimismo pone a los bancos centrales en una situación más ambigua que antes. Cabría preguntarse si los mercados pueden contar con el despliegue de una enésima bazuca monetaria que no requiera su contraparte en el plano presupuestario
comentó en un análisis Didier Saint-Georges, miembro del Comité de Inversión Estratégico de Carmignac.
El Banco Central Europeo también sacó el arsenal monetario disponible y puso en marcha un plan de recuperación de 750,000 millones de euros, con los que espera impulsar su economía.
Inflación, un tema
Vanguard, administrador de activos, estima en 2021 un rebote cíclico en la inflación desde los mínimos del 1% a tasas de alrededor del 2%.
Un riesgo es que los mercados puedan confundir este modesto rebote de la inflación con el inicio de un regreso a una era de alta inflación al estilo de la década de 1970. Nuestras proyecciones muestran que tales preocupaciones son prematuras y es poco probable que se materialicen en 2021
dijo Vanguard en sus perspectivas para 2021.
Por el momento, diciembre no siempre suele el positivo para los mercados. En 2018, índices como el S&P 500 y NASDAQ Composite tuvieron caídas de 9.18 y 9.48%, respectivamente. En aquel momento, respondió a temores de un cierre parcial del gobierno de Estados Unidos y el temor de cambios en la política monetaria de la Fed.
El 16 de diciembre, la Fed se reunirá para cambiar o mantener su política monetaria. Banco de México hará lo propio el 17 de diciembre.