El sector de vivienda en México se encuentra en ruinas en el mercado bursátil. El índice HABITA, que está conformado por cinco vivienderas que cotizan en la Bolsa Mexicana de Valores retrocedió 29.45% el año pasado y desde 2017 se ha derrumbado 50%.

Las malas noticias siguen en 2020. El lunes, Sare dijo que todos los miembros de su Consejo de Administración renunciaron a sus cargos. A solicitud de la Comisión Bancaria y de Valores, la empresa dijo que la razón fue “por así convenir a los intereses personales y profesionales de cada uno de dichos miembros”.

La noticia de la renuncia de los consejeros de Sare es el coletazo final de todo el tema de las desarrolladoras de vivienda en México. A la mayoría les ha ido mal y se dejó claro que el modelo de las casas de interés social en zonas alejadas no funcionó”, dijo Alberto Azpúrua, CEO de Bricks Asset Management, inmobiliaria que busca hacer su Oferta Pública Inicial en el primer semestre de este año.

Las acciones de Sare están suspendidas en la BMV desde el 30 de mayo del 2019, luego de que no presentó su reporte financiero del primer trimestre; sus títulos fueron suspendidos en un precio de nueve décimas de centavo de peso.

Sare fue considerada como un activo sobre el cual se podía especular. Sin embargo, era normal que trimestre a trimestre presentara negativos resultados financieros. Eso entorpeció el camino para quienes querían invertir en la empresa y no solo especular con su acción

Cipactli Jiménez, cofundador de snowball.mx, un ecosistema de inversión.

El último reporte presentado por Sare mostró que, en todo 2018 la empresa tuvo un EBITDA negativo de 1,520 millones de pesos y una pérdida neta de 102,435 millones de pesos.

En el sexenio del presidente Enrique Peña Nieto su gobierno hizo cambios a la Política Nacional de Vivienda y las reglas de operación de entrega de subsidios. Contrario a lo que pasaba antes, donde se privilegiaba la construcción horizontal masiva alejada de las zonas de trabajo, se ajustó a que las construcciones fueran verticales, en zonas urbanizadas, con infraestructura básica.

El cambio en la política de vivienda, junto con malas administraciones, llevó a una situación financiera adversa a empresas como Homex, Urbi y Sare, que hoy luchan por sobrevivir, mientras que Geo se declaró en quiebra el marzo del año pasado.

“No creo que 2020 traiga algún cambio en la industria. La falta de atención por parte del sector público y con competencia como las Fibras ponen presión a las desarrolladoras de vivienda”, comentó Jiménez.

Los Fideicomisos de Inversión y Bienes Raíces (Fibras) son vehículos híbridos de inversión, que dan rendimientos producto del arrendamiento (deuda) y, al mismo tiempo, registra rendimientos por la plusvalía de los inmuebles (capitales).

El sector de vivienda empezará a rebotar de forma paulatina. La recuperación será lenta y solo aquellas que sean más hábiles y flexibles sobrevivirán

dijo Azpúrua.