Los precios del petróleo cerraron a la baja este viernes, tocando su séptima caída semanal en ocho semanas, con la debilidad ligada a las preocupaciones sobre la propagación de la variante ómicron y su impacto potencial en la demanda de combustible.

El contrato de enero del petróleo WTI de Estados Unidos retrocedió 2.1%, a 70.86 dólares; con una caída semanal de 1.1%, según Dow Jones Market Data. 

Mientras que el Brent del Mar del Norte para entrega en febrero pierde 2%, a 73.52 dólares por barril, con una caída semanal del 2.2%.

Tanto el crudo WTI como el Brent han registrado siete pérdidas semanales durante las últimas ocho semanas, según MarketWatch.

El petróleo cerró con caídas a medida que los casos diarios de COVID-19 han alcanzado un récord en el Reino Unido, mientras que las hospitalizaciones en Estados Unidos se han disparado.

Por su parte, el Banco de Inglaterra elevó inesperadamente las tasas de interés por primera vez desde que golpeó la pandemia, en una señal de que la inflación es ahora una mayor preocupación para los principales bancos centrales, que el virus, según Bloomberg.

También están surgiendo señales de una disminución de la demanda de petróleo en Asia, mientras que la Agencia Internacional de Energía (EIA) dijo esta semana que el mercado global volvió a tener superávit debido a que la variante ómicron impide los viajes. 

Esta semana, los operadores recibieron señales contradictorias sobre la oferta y la demanda, que van desde los movimientos de los bancos centrales, hasta nuevas restricciones para limitar la propagación de ómicron, además de la disminución de inventarios en dos sesiones en Estados Unidos.

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