El barril de crudo subió más de 1% este miércoles después de que Washington aclaró que no exigirá a las compañías de Estados Unidos incrementar su producción, y que la petición a la OPEP+ para aumentar el bombeo a fin de estabilizar los precios de la gasolina es un plan a largo plazo.

El WTI de Estados Unidos para entrega en septiembre avanzó 1.4%, a 69.25 dólares por barril, y el contrato de octubre del Brent del Mar del Norte ganó 1.2%, a 71.44 dólares, según MarketWatch.

Previamente en la jornada, los referenciales cayeron casi 2% luego de que Jack Sullivan, asesor de Seguridad Nacional del presidente Joe Biden, dijo que los planes de incrementar el bombeo del grupo integrado por la Organización de Países Exportadores de Petróleo y aliados son  insuficientes, en momentos en que las economías se recuperan del impacto de la pandemia.

Estamos comprometidos con los miembros de la OPEP+ sobre la importancia de mercados competitivos en la fijación de precios […] (que) garantizarán suministros de energía fiables y estables, y la OPEP+ debe hacer más para apoyar la recuperación

señaló Sullivan en un comunicado

​​El mercado cambió de tendencia, pues horas más tarde la Casa Blanca precisó que su acercamiento a los miembros del cartel liderado por Arabia Saudita está en curso y apunta a un compromiso a largo plazo, no necesariamente una respuesta inmediata.

El precio del galón de gasolina en Estados Unidos, el mayor consumidor de petróleo a escala mundial, se afianzó por encima de los tres dólares en los últimos meses debido a las recientes presiones inflacionarias.

“El aumento de los precios de la gasolina, si no se controla, corre el riesgo de perjudicar la actual recuperación mundial”, agregó Sullivan.

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La OPEP+, que agrupa a 23 países, acordó el mes pasado incrementar su producción en 400,000 barriles diarios entre agosto y diciembre, poniendo fin gradualmente a los recortes récord que implementó en 2020 cuando la emergencia sanitaria paralizó al mercado.

Durante semanas recientes, los petroprecios han sido afectados por la rápida propagación de la variante delta del COVID-19, que llevó a China y otros consumidores clave de Asia a imponer nuevas restricciones al movimiento.

En otro factor que animó al mercado, los inventarios de crudo en Estados Unidos disminuyeron en 450,000 barriles, alcanzando los 438.8 millones, en la semana que finalizó el 6 de agosto. Las reservas de gasolina también bajaron, aunque menos de lo esperado por los analistas consultados por Bloomberg. 

Los Senadores aprobaron un plan de infraestructura de más de un billón de dólares para destinar un mayor gasto en aeropuertos, carreteras y puentes, que en caso de promulgarse impulsará la economía y la demanda de productos petrolíferos, de acuerdo con analistas.