El WTI, principal referencial de Estados Unidos, cayó este martes, aunque cerró alejado del mínimo en más de 30 años para un contrato activo que tocó durante la sesión, afectado por los temores persistentes a que las capacidades de almacenamiento se están agotando.

El WTI bajó 3.29%, a 12.36 dólares por barril, y el crudo Brent ganó 2.20%, a 20.43 dólares, de acuerdo con datos de Bloomberg.

Previamente en la sesión, los futuros del WTI para entrega en junio se desplomaron 20%, cotizando alrededor de los 10 dólares por barril, el menor nivel para un contrato activo desde 1986, según datos de FactSet.

La caída de los precios a territorio negativo para el contrato de mayo la semana pasada resaltaron los peligros asociados con la tenencia de futuros de petróleo que expiran pronto.

El lunes, los inversionistas comenzaron a vender sus participaciones en el contrato de junio, así como las vinculadas a la entrega durante los próximos meses, lo que incrementa las preocupaciones sobre otro movimiento a territorio negativo.

Esto llevó al S&P 500 y el Promedio Industrial Dow Jones a eliminar el contrato de junio de las negociaciones del martes de sus índices que rastrean el mercado del petróleo.

 En otro factor de preocupación, se estima que la capacidad global de almacenamiento en tierra llegó a 85% en la última semana, de acuerdo a datos de la consultora Kpler. Los operadores están recurriendo a contratar costosas embarcaciones estadounidenses para acopiar gasolina o derivados en el mar.

La pandemia de COVID-19 ha reducido hasta una tercera parte de la demanda global de crudo, pero algunos analistas prevén que los precios se recuperen, a medida que los gobiernos levantan las restricciones impuestas desde febrero.

“Aunque las fuertes oscilaciones de precios van a seguir en el corto plazo, vemos una tendencia más al alza que a la baja con los precios en torno a los 20 dólares por barril. El petróleo se va a recuperar en el largo plazo”, dijo Norbert Rücker, analista del banco suizo Julius Baer.

Desde Italia a Nueva Zelanda, los gobiernos anunciaron un levantamiento gradual de restricciones, aunque Reino Unido dijo que todavía era muy riesgoso relajar los confinamientos, por temor a una segunda ola de la pandemia. En Estados Unidos, algunos estados han permitido a las empresas reabrir.