Las tensiones armadas entre Estados Unidos e Irán han hecho que el oro marque su mejor arranque de año desde 2012 y el petróleo, su segundo mejor inicio desde 2011.
No obstante, en el corto plazo, las ganancias de estos dos activos pueden ver un ajuste.
El avance del oro responde a que es el activo de refugio por excelencia, cada que hay tensiones geopolíticas o económicas, los inversionistas optan por esta clase de materias primas.
El incremento del petróleo tiene distintas aristas. Estados Unidos es el principal productor de crudo a nivel mundial, Irán se mantiene dentro del top 10 y Arabia Saudita (aliado de Estados Unidos) es el segundo productor más importante.
El 3 de enero, Donald Trump, presidente de Estados Unidos, ordenó un ataque con misiles sobre el general iraní Qassem Soleimani, quien estaba en Bagdad, Iraq. Tras el asesinato del general, Irán prometió una “venganza severa”.
La pregunta que existe es ¿qué clase de ataque realizará Irán y cómo responderá Estados Unidos? Tenemos que ver cuánto sube de tono este nuevo conflicto
dijo el internacionalista Fausto Pretelín.
En los primeros días de 2020, el precio del crudo ha avanzado 3.52%, mientras que el oro gana 3.10%. Sin embargo, en el corto plazo, es muy probable que ambas materias primas ajusten sus precios para -eventualmente- seguir con una trayectoria alcista, comentó Pedro Tiburcio, fundador de Elliott Wave México.
Desde el análisis técnico y bajo un escenario positivo, el oro puede ubicarse por encima de los 1,590 dólares por onza, mientras que el petróleo puede situarse por arriba de 66.60 dólares por barril.
Hasta el momento, el metal precioso se ubica en 1,572 dólares, su mejor nivel desde 2013, y el petróleo WTI en 63.76 dólares, su punto más elevado desde marzo del 2019.
Uno de los posibles blancos de Irán puede ser Arabia Saudita, algo que ya ha sucedido. A mediados de septiembre de 2019, un grupo de rebeldes yemeníes (hutíes) quienes están en guerra con Arabia Saudita desde 2015, atacaron instalaciones petroleras de Saudi Aramco, lo que provocó el corte de 5% de la producción mundial de crudo.
En aquella ocasión, el precio del petróleo se disparó 14.68% en una sesión, algo que no se veía desde 1991, con la Guerra del Golfo.
Irán negó haber participado en el ataque, no obstante, Donald Trump, utilizó la tribuna de la Asamblea General de Naciones Unidas para presionar a Teherán para que entablara conversaciones diplomáticas.
“Ningún gobierno responsable debería subsidiar la sed de sangre de Irán. Mientras continúe el comportamiento amenazante de Irán, las sanciones no se levantarán, se endurecerán”, dijo Trump en su discurso del 24 de septiembre del 2019.
Antes de un ataque militar frontal, Irán puede hacer presión de distintas maneras como cerrar el Estrecho de Ormuz, lo que impediría que cualquier buque petrolero salga de Medio Oriente.
“El año empieza con convulsiones. En términos geopolíticos, hay un movimiento en el tablero donde Vladimir Putin, presidente ruso, puede convertirse en el principal negociador de la zona. Estados Unidos, en cambio, ha perdido fuerza en política exterior”, dijo Pretelín.