Los inversionistas extranjeros han reducido su interés por la deuda mexicana, en particular por los bonos a largo plazo en medio de la incertidumbre que reina en los mercados mundiales y ante la suspicacia por el rumbo de las políticas públicas de la nueva administración.
Desde finales del 2016 hasta mediados de octubre de este año, los extranjeros habían tenido bajo su poder como mínimo 60% del total de bonos mexicanos en circulación, pero esto ya va a la baja.
El nivel de 60% fue perforado y parece que se empieza a estructurar, por parte de extranjeros, el inicio de una tendencia de ajuste sobre los bonos mexicanos, de acuerdo con Santiago Leal, subdirector de estrategia de tipo de cambio de Banorte Casa de Bolsa.
Al 26 de noviembre, los foráneos mantenían el 59.53% del total de bonos mexicanos en circulación, es decir, 1.78 billones de pesos de 2.99 billones de pesos.
“Lo que refleja este número es un ajuste en los portafolios de los inversionistas que, probablemente, pueda estar influido por factores locales y por un reposicionamiento de mercados emergentes”, comentó Leal.
Este tipo de instrumentos se conoce también como ‘capitales golondrinos’ y suelen salir de los países ante cualquier motivo de incertidumbre o volatilidad. Una salida violenta puede provocar ajustes importantes en los precios de activos financieros claves como tasas de interés, tipo de cambio o incluso en acciones.
Mientras los extranjeros optan por reducir su exposición a bonos mexicanos, el precio de éstos ha descendido. Uno de los eventos que más los presionó fue el anuncio de la cancelación del Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM) en Texcoco. Desde el 29 de octubre –fecha del anuncio– al jueves el precio de los bonos mexicanos a 10 años (M10) retrocedió 4.46% a 90.55 pesos, de acuerdo con datos de Bloomberg.
La baja en el precio de un bono obliga a pagar una mayor una tasa de rendimiento porque es percibido como más riesgoso. La tasa de un bono M10 ha subido 76 puntos base a 9.11%, desde el 29 de octubre.
La incertidumbre que existe en el mercado, nacional e internacional, puede orillar a los M10 a pagar una tasa de 10% el próximo año y, en un caso extremo, el rendimiento puede escalar hasta 10.75%, de acuerdo con estimaciones de Grupo Financiero Monex.
“Nadie sabe si las finanzas de las empresas están lo suficiente sólidas para aguantar un bono de 10 años por arriba del 10%”, comentó Cipactli Jiménez, cofundador de snowball.mx, ecosistema de inversión.
La última vez que un M10 pagó un rendimiento de doble dígito fue el 27 de octubre del 2008; la tasa llegó a 10.50%.
Aversión al riesgo
La presión local se junta con el sentimiento de evadir el riesgo por parte de inversionistas a nivel mundial.
Octubre fue el mes en que salieron más capitales de mercados emergentes (incluido México) desde junio del 2013, de acuerdo con información del Instituto Internacional de Finanzas.
La aversión al riesgo por parte de inversionistas no solo responde a los mercados emergentes, también está presente en mercados como el accionario. En Estados Unidos el índice S&P 500 presenta una baja de 7.97% en lo que va del cuarto trimestre del año.
Mientras los emergentes y los mercados accionarios sufren salida de capitales, los bonos estadounidenses ganan atractivo. Ayer, los bonos estadounidenses a 10 años ubicaron su tasa en 2.89%, su nivel más bajo desde septiembre.
“Por el movimiento de los mercados las últimas sesiones, un movimiento de los inversionistas hacia activos de refugio suena congruente”, dijo Leal.