S&P Global Ratings dejará de asignar nuevas calificaciones a escala nacional a cierto tipo de transacciones de financiamiento estructurado en México, una decisión que genera incertidumbre entre los grandes inversionistas como las Administradoras de Fondos para el Retiro (afores).
La agencia calificadora indicó que no está en posibilidad de implementar ajustes en su metodología, tal como pidió la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV), ya que le exigen verificar la cartera de créditos y garantías que respalden cada transacción de financiamiento estructurado que califique.
Analistas consultados por EL CEO coinciden en que la salida de S&P reducirá el acceso de financiamiento en el mercado de las instituciones y restará atractivo a los instrumentos estructurados.
Habrá menos apetito de inversionistas institucionales como las afores por participar en una emisión que no tiene la calificación de una agencia tan prestigiosa como S&P
dijo una fuente que ha trabajado de cerca con S&P y que pidió el anonimato.
Los financiamientos estructurados a los que refiere S&P son créditos de gran tamaño que pueden ser hipotecarios, créditos personales y de nómina, tarjetas de crédito, o bienes muebles e inmuebles que se dan en garantía en una emisión de deuda.
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Esta vía es utilizada principalmente por bancos e intermediarios financieros no bancarios que dependen de bursatilizaciones de cartera para obtener recursos, entre los cuales están las Sociedades Financieras de Objeto Múltiple (Sofomes).
Una vez que las entidades colocan deuda estructurada en el mercado, la venden a inversionistas institucionales, entre ellos las afores, y con el capital que recaudan hacen más emisiones posteriormente, a fin de seguir financiando sus actividades.
Afores no pueden adquirir sin calificación de agencias
Dado su perfil de riesgo/rendimiento, las emisiones de deuda estructurada son atractivas para ser adquiridas por las afores; sin embargo, de acuerdo a lo establecido en su régimen de inversión, no pueden comprar valores que no están calificados por las agencias.
Al cierre de enero de este año, 6.83% de las inversiones totales de las afores estaban depositadas en instrumentos estructurados, un porcentaje mayor al que poseen en fideicomisos de inversión en bienes raíces (fibras), mercancías, renta variable nacional y deuda internacional, de acuerdo con cifras de la Comisión Nacional del Sistema de Ahorro para el Retiro (Consar).
S&P es una de las agencias calificadoras con más relevancia en el país, por lo que las afores tendrían que salir a vender los instrumentos cuya calificación haya sido retirada, situación que provocaría pérdidas en la venta que terminarían afectando los ahorros de los mexicanos.
Las Afores seguramente desde hoy están vendiendo todas sus posiciones en papeles estructurados y van a tener que tomar algo de pérdida
mencionó Carlos López Jones, director de consultoría en Tendencias Económicas y Financieras.
López Jones explicó que todas las emisiones de deuda requieren de al menos dos calificaciones, por ello los meses siguientes serán determinantes para conocer la postura de las otras calificadoras que operan en el país, como HR Ratings, Fitch Ratings y Moody’s.
Responsabilidad de la CNBV
La CNBV detalló que desde noviembre de 2020 solicitó la misma medida a todas las agencias calificadoras, lo que implica que ahora realicen auditorías de cartera y garantías de los créditos colocados, una función que no les ha correspondido hacer porque sus actividades se limitan al análisis, opinión y evaluación.
“Dichas acciones y medidas correctivas fueron solicitadas a todas las instituciones calificadoras de valores que asignan calificaciones de financiamiento estructurado, las cuales cumplieron cabalmente con el requerimiento de esta autoridad desde marzo 2021 y seguirán calificando este tipo de emisiones, por lo que el público inversionista no se verá afectado”, aseguró el regulador.
HR Ratings dio a conocer que las evaluaciones que realiza ya son incorporadas a las calificaciones que emite para el financiamiento de instrumentos estructurados. Por su parte, Fitch Ratings y Moody’s no se han pronunciado hasta el momento sobre estos cambios.
Para los analistas, el mensaje que manda la CNBV es que se quiere deslindar de responsabilidad en la evaluación de la calidad de créditos, en momentos en que empresas como Crédito Real y AlphaCredit enfrentan problemas tras caer en defaults crediticios.
Están transmitiendo esta responsabilidad a las personas equivocadas, las agencias calificadoras no tienen la experiencia ni capacidad técnica para realizar auditorías profundas de la calidad de las carteras, es un trabajo que demanda mucha especialización
dijo la fuente anónima.
Esta responsabilidad, a consideración de los especialistas, debería recaer en tanto en la propia CNBV como en los asesores financieros y auditores externos independientes, aunque esto implique mayores costos para los emisores.
Además, la fracción V de las disposiciones de carácter general aplicables a las instituciones calificadoras de valores estipulan que debe incluirse en la calificación “la mención de que la institución calificadora no valida ni certifica la información relevante proporcionada por el cliente a efecto de otorgar la calificación”.