El inesperado apoyo de Estados Unidos a una suspensión de la protección de patentes para las vacunas contra el COVID-19 por la Organización Mundial del Comercio (OMC), con el objetivo de aumentar su producción, fue bien visto por sus partidarios como un “momento histórico” y también provoca la caída de las acciones de las farmacéuticas previo a la apertura del mercado este jueves. 

Las acciones de Moderna son las más presionadas; muestran una caída de hasta 8.74% a 148.61 dólares en el Nasdaq Composite. De acuerdo con Investing.com, en lo que va del año acumulan un rendimiento de 56%.

Los títulos de Pfizer caen hasta 3.20% a 38.69 dólares en la Bolsa de Nueva York. En este año, el rendimiento de la firma es de 9%.

Con una menor caída, los papeles de Johnson & Johnson muestran un retroceso de 0.51% a 166.21 dólares en la Bolsa de Nueva York. Su rendimiento en lo que va del año es de 6%, según Investing.com.

AstraZeneca cae 0.39% a 53.44 dólares en el Nasdaq Composite y su rendimiento en la bolsa es de 7%. 

Quedan sin embargo muchos meses de negociaciones antes de que se logre un consenso. Además, la industria farmacéutica, claramente opuesta a este proyecto, seguirá luchando para limitar su alcance. 

La propuesta

El texto inicial plantea acordar una derogación temporal a ciertas obligaciones resultantes del Acuerdo sobre derechos de propiedad intelectual que afectan al comercio (ADPIC) para que cualquier país pueda producir vacunas sin preocuparse de las patentes, así como medicamentos y otros materiales médicos.

La propuesta fue presentada el 2 de octubre por Sudáfrica e India y desde entonces ha recibido el apoyo de un centenar de países y de grandes Organizaciones No Gubernamentales activas en los derechos humanos o la lucha contra la pobreza. 

La derogación duraría hasta “que se haya implementado a escala mundial una vacunación ampliamente extendida, y que la mayoría de la población mundial esté inmunizada”. 

El Consejo general de la OMC, órgano de decisión supremo,  debatió el tema el miércoles, antes del anuncio espectacular de Washington.

India y Sudáfrica han prometido presentar rápidamente un texto enmendado que incluya “compromisos”, según la OMC. 

Tres reuniones dedicadas a este asunto se van a celebrar antes de fin de mayo y luego el 8 y 9 de junio.

A favor

Los países a favor de la iniciativa, apoyados por ONG como Médicos Sin Fronteras o Human Rights Watch, y también por la Organización Mundial de la Salud, consideran que gracias a la multiplicación de lugares de fabricación se facilitaría el rápido acceso a productos médicos y a precios asequibles a los países más desfavorecidos.

Marruecos, Egipto, Indonesia o Pakistán han indicado que tenían las “capacidades de producción” si se suspenden las patentes. 

“La Administración (de Biden) cree firmemente en las protecciones a la propiedad intelectual, pero para acabar con esta pandemia apoya que se levanten estas protecciones para las vacunas contra el COVID-19”, declaró la representante estadounidense de Comercio, Katherine Tai, en un comunicado. Ello supone un radical cambio de opinión al respecto de Estados Unidos.

En contra 

Para Thomas Cueni, presidente de Federación Internacional de la Industria Farmacéutica (Ifpma), “suprimir patentes o imponer una suspensión no va a producir una sola dosis (de vacuna) más. Es ante todo una cuestión de pericia”. 

Pero el frente de países opuestos se resquebraja tras el cambio de Washington. 

Estos opositores citan el esfuerzo financiero realizado por los laboratorios —miles de millones, en parte con fondos públicos— y el freno a las inversiones futuras que se produciría si no se obtienen beneficios. 

Los grupos farmacéuticos subrayan que han suscrito ya 275 acuerdos de asociación, incluso de transferencia tecnológica, para aumentar lo más rápido posible la producción y llegar a producir 10,000 millones de dosis en 2021. 

Muchos industriales subrayan que el problema no es tanto la propiedad intelectual como las barreras aduaneras o la falta de ciertos ingredientes, que pueden paralizar la producción. 

Estiman además que más de un centenar de ingredientes que entran en la fabricación de una vacuna son difíciles de encontrar actualmente, ya sea porque su exportación está bloqueada o porque su demanda es muy elevada.

Postura de Pfizer

El CEO de Pfizer, Albert Bourla, rechazó la propuesta apoyada por Estados Unidos para suspender temporalmente las patentes, y más bien sugirió acelerar su producción en las plantas existentes.

En una entrevista con AFP, Bourla afirmó que su empresa, que desarrolló una vacuna junto con la alemana BioNTech, no está “para nada” a favor del llamado estadounidense de levantar las patentes que protegen el medicamento contra el COVID-19.

Este mismo jueves, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, dijo que la UE estaba “lista a discutir” formas de garantizar que las vacunas lleguen rápidamente a todos los rincones del mundo.

“La UE está lista para conversar sobre cualquier propuesta que responda a la crisis de forma efectiva y pragmática. Y por eso estamos listos para hablar sobre cómo el levantamiento de la propiedad intelectual puede ayudar en alcanzar ese objetivo”, dijo la responsable.

Hasta ahora, la UE se había mantenido firmemente contraria a los pedidos de suspensión temporaria de las patentes de las vacunas para acelerar las campañas de inmunización contra el COVID-19.

Con información de AFP