Facebook confirmó que su número dos, Sheryl Sandberg, había pedido a sus colaboradores averiguar si el multimillonario George Soros tenía un interés financiero en empañar la imagen de la compañía.

La primera red social del mundo quería saber si al criticar fervientemente a Facebook, el magnate estadounidense de origen húngaro no habría tenido la intención de hacer caer la acción como parte de una estrategia de ventas en corto (short selling).

Esta confirmación se produce en respuesta a un artículo publicado ayer en el diario estadounidense The New York Times, que citó fuentes diciendo que Sandberg, jefa de operaciones de Facebook, estuvo directamente involucrada en la respuesta táctica de la red social a las críticas del multimillonario.

“Soros es un importante inversor y hemos examinado sus inversiones y sus operaciones bursátiles relacionadas con Facebook”, dijo una portavoz de la red social en respuesta a una petición de la AFP. “Esta investigación ya estaba en curso cuando Sheryl envió un correo electrónico para preguntar si Soros había hecho ventas en corto sobre las acciones de Facebook.”

Explicación acompañada de dudas

La explicación de Facebook sobre la investigación de las actividades de George Soros se da después de que el diario reveló que la red social contrató a una agencia de relaciones públicas para desacreditar a sus detractores.

El empleo de esta agencia empañó aún más la reputación de la compañía fundada por Mark Zuckerberg, ya lastrada por acusaciones de no haber evitado la injerencia rusa en la plataforma durante la elección presidencial en Estados Unidos en 2016.

¿Qué hacen los short-sellers?

A diferencia de los inversionistas tradicionales, que buscan comprar barato y vender caro, apostando en empresas cuyo valor creen que subirá, los short sellers buscan compañías cuyo valor, según sus cálculos, va a bajar.

Después “rentan” acciones, es decir, las piden prestadas a fondos o grandes inversionistas corporativos, las venden inmediatamente y esperan a que el precio de los títulos baje para comprarlos en el mercado, regresarlos a sus dueños originales y quedarse con la diferencia.

Si se equivocan y el precio de la acción sube, pierden, pues deben pagar precios más altos para adquirir los títulos y regresarlos a quien se los prestó.

¿Héroes o villanos?

La actuación de los vendedores en corto no es ilegal y, según algunos, puede ayudar a señalar problemas importantes al interior de las empresas.

Durante este año, Elon Musk se enfrascó en una pelea frontal contra los inversionistas que apostaron a esta estrategia en detrimento de los precios de las acciones de Tesla.

Musk acusó a los short sellers de amplificar las malas noticias e impulsar una narrativa que podría destruir a la empresa.

Y los exabruptos del empresario rindieron frutos para los short-sellers, quienes ganaron un estimado de 645 millones de dólares en un solo día, según datos de S3 Partners, después de que la acción de Tesla cayó más de 7% el 7 de octubre tras la publicación de un tuit del CEO de Tesla.

En el tuit, Musk llamaba a la Comisión de Bolsa y Valores (SEC, por sus siglas en inglés) con un nuevo nombre: Shortsellers Enrichment Comission (Comisión de Enriquecimiento de Vendedores en Corto).

Los short-sellers “son los detectives de los mercados”, subraya el columnista de Bloomberg Joe Nocera, quien pide no olvidar que fue un vendedor en corto el primero que descubrió el fraude en Enron.

“Dicen: ‘hay algo malo aquí y obtendremos ganancias cuando el resto del mundo vea lo que nosotros vemos’”.

Después de una crisis tras otra, Musk ya reconoció que Tesla de hecho estuvo a pocas semanas de colapsar, ante las complicaciones surgidas a producir el Model 3.

Además, la SEC obligó a Musk a dejar la presidencia del Consejo, una mejora en el gobierno corporativo de la empresa que muchos accionistas habían pedido.

Pero no sólo los vendedores en corto ganaron. Los resultados del tercer trimestre de Tesla mostraron que era rentable, una reivindicación para Musk.

Entonces, ¿cómo hacer frente a estos inversionistas? Los short-sellers no se interesan por compañías con una estrategia sostenible de largo plazo, destaca Nocen. Es algo que Sandberg, Zuckerberg y otros más al frente de Facebook deben tener en cuenta.

Con información de AFP

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