Los mercados financieros han sufrido estragos las últimas semanas por el pesimismo y temores de los inversionistas y todo indica que este ambiente seguirá en las próximas semanas.

Parece que hay un principal responsable: Estados Unidos, donde parte de la preocupación tiene sus raíces.

El S&P 500, uno de los índices más importantes del mercado estadounidense retrocedió 9.66% en lo que va del cuarto trimestre del año. La baja solo es opacada por el Nasdaq Composite, que desciende 13.76% desde finales de septiembre hasta el cierre del 23 de noviembre.

“Estamos a finales de una corrección de mediano plazo”, dijo Pattie Jabbaz, introducing broker de Saxo Bank.

El índice de Miedo y Codicia -de CNN Business- se ubica en niveles de “miedo extremo”, que permanece así las últimas semanas.

Los factores, por un lado, obedecen al cambio en la política monetaria de la Reserva Federal (Fed) y, del otro, el temor a las implicaciones de la reforma fiscal y su recorte de impuestos.

La Fed, en lugar de inyectar liquidez en los mercados como lo hizo desde 2009, comenzó a reducirla desde principios de año a través del alza de las tasas de interés y la reducción del tamaño de su hoja de balance, de acuerdo con Didier Saint Georges, managing director y miembro del comité de inversiones de Carmignac.

El banco central redujo su hoja de balance en 300,000 millones de dólares el último año y actualmente se ubica en 4.1 billones de dólares.

Donald Trump, presidente de Estados Unidos, aplicó una reforma fiscal para reducir la carga tributaria, aunque esto impulsó el consumo de las personas y las ganancias de las empresas, abre la puerta a un problema: un boquete fiscal.

El financiamiento del crecimiento estadounidense se cimienta sobre un drástico incremento del déficit presupuestario, que probablemente lo acercará al 6 % del PIB este año, el doble del objetivo de la Unión Europea

comentó Saint Georges.

A las presiones de alzas de tasas (que restringe el dinero para controlar la inflación) y el boquete fiscal se suma otra preocupación, que Estados Unidos puede caer en una desaceleración y, en un peor escenario, en una recesión económica.

De momento, los índices se encuentran en corrección, pero en el camino pueden recibir noticias para mejora el ánimo de los inversionistas.

Una resolución positiva del Brexit, un acuerdo entre Estados Unidos y China, o al menos un acercamiento positivo en la Cumbre del G-20, puede dar oxígeno a los mercados, dijo Jabbaz.

Mientras los mercados siguen en búsqueda de noticias positivas, índices como en el S&P 500 y Promedio Industrial Dow Jones se borraron sus ganancias del año y están en terreno negativo.

“Una leve ralentización económica o una ligera corrección en los mercados no bastará para intimidar a los inversionistas. Así, entre el más corto plazo y el largo plazo, se perfila en el horizonte un periodo muy desagradable”, dijo Saint Georges.

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