Es posible que los bancos centrales del mundo tengan que emitir sus propias criptomonedas mucho antes de lo esperado, advirtió Agustín Carstens, gerente general del Banco Internacional de Pagos (BIS, por sus siglas en inglés).
Carstens dijo al Financial Times que el BIS -conocido como el banco de los bancos centrales- apoya los esfuerzos de estas instituciones de crear versiones digitales de sus monedas nacionales.
“Muchos bancos están trabajando en ello, nosotros estamos trabajando en ello, respaldándolos”, dijo en entrevista con el diario británico.
“Y más pronto de lo que pensábamos podría haber un mercado y debemos ser capaces de que los bancos centrales provean monedas digitales”.
Aunque el exgobernador del Banco de México reconoció que el desarrollo de otras áreas del mercado de monedas afectará con qué intensidad los bancos centrales persiguen estos proyectos.
“Necesita haber una evidencia clara de demanda de divisas digitales de los bancos centrales y aún no es claro si la demanda está ahí todavía”, dijo, “Tal vez la gente puede hacer lo que quiera con billeteras digitales de los bancos o de compañías fintech. Todo depende del desarrollo de sistemas de pagos”.
La primera ola de criptomonedas, como el bitcoin y el ethereum, han sido vistas con recelo por los bancos centrales, más como instrumentos especulativos que como monedas, debido a la volatilidad de su precio.
Pero el panorama ha cambiado con los planes de Facebook de lanzar libra, una stablecoin cuyo valor estaría ligado a una cadena de divisas que aún no se conoce.
En su informe económico anual, el BIS dedicó un capítulo a las grandes tecnologías financieras.
El organismo examinó el gran volumen de datos que poseen las redes sociales, los motores de búsqueda y las empresas de comercio electrónico, situándolos en una posición de ventaja inmediata sobre las empresas de tecnología financiera y de los bancos.
Su entrada en el mercado financiero podría provocar cambios rápidos en los servicios financieros, dijo, ya que la gran variedad de datos sobre el comportamiento y las preferencias de los consumidores ofrece una imagen más detallada de la solvencia de una persona.
Libra y otras criptomonedas también pueden representar una potencial amenaza a la competencia, estabilidad y bienestar social, advirtió el BIS.
“¿Cómo será usada la moneda? ¿Habrá una investigación de la información? ¿O los datos podrán ser usados para proveer créditos? ¿Y cómo será protegida la privacidad?”, cuestionó Carstens.
“Una forma muy simple de regular esto es empezar con reglas antilavado. Esa es una preocupación inmediata muy obvia”, destacó.
Llama a gobiernos a impulsar reformas
En su reporte anual, el BIS pidió que los gobiernos compartan con los bancos centrales parte de la responsabilidad de sostener las economías, a través de reformas estructurales y de sus políticas fiscales.
“La efectividad de una política monetaria muy agresiva se reduce con el tiempo. Siempre tendrá algo de impacto y es efectiva para combatir desaceleraciones, pero no es un pilar para lograr crecimiento sostenible”, dijo Carstens al FT.
Además, mantener una política monetaria acomodaticia por un periodo largo crea riesgos financieros más grandes.
En opinión de Carstens, la desaceleración esperada actualmente se debe a las tensiones comerciales creadas por Donald Trump y su política de “América Primero”.
“La política monetaria no es ni la política adecuada ni la mejor política para contrarrestar esto”, afirmó.