La época de pánico en los mercados ha provocado cambios en las carteras de los inversionistas nacionales y extranjeros. Entre los ajustes, destaca la venta de bonos mexicanos y la compra de bonos estadounidenses (treasuries).
Del 20 de febrero, antes que invadiera el miedo a los mercados, al 11 de marzo de este año, las Siefores vendieron 71,534 millones de pesos de sus posiciones en bonos gubernamentales mexicanos de largo plazo, mientras que los extranjeros vendieron 57,504 millones de pesos, de acuerdo con datos de Banco de México (Banxico).
La baja también puede estar asociada, en mayor o menor medida, a los movimientos en los rendimientos de los bonos gubernamentales mexicanos.
Las Siefores son fondos de inversión donde se depositan los ahorros de los trabajadores y que gestionan las Administradoras de Fondos para el Retiro (Afores).
Mientras los bonos mexicanos sufren ventas, el apetito por los treasuries aumenta.
Los inversionistas han demandado activos de refugio, como la deuda estadounidense, y se han ido saliendo de activos de riesgo, como la deuda mexicana
dijo Luis Gonzalí, vicepresidente y senior Portfolio Manager para Franklin Templeton México.
La demanda por los treasuries a 10 años, considerados uno de los activos de refugio por excelencia, ha llevado su rendimiento por debajo de 1% y cerca de su mínimo histórico de 0.545%, del 9 de marzo de este año.
En los instrumentos de renta fija, como bonos, una mayor demanda de los inversionistas provoca que el rendimiento disminuya y el precio aumente. Si los inversionistas venden bonos, el rendimiento sube, pero el precio baja.
Una tasa por debajo del 1%, pone al inversionista en punto difícil, orillará a inversionistas institucionales orillará a incrementar el riesgo en sus portafolios y eso, en el largo plazo, generará desequilibrios muy peligrosos para el mercado y la economía en general
comentó Gonzalí.
El diferencial entre bonos mexicanos y estadounidenses
La venta de los bonos mexicanos a largo plazo, como son los bonos denominados en pesos a 10 años -mejor conocidos como M10- y las compras de pánico por los treasuries a 10 años, hizo que el diferencial entre ambos instrumentos aumentara a 607 puntos base.
Este lunes, el rendimiento de un M10 era de 8.064%, mientras que el treasuries a 10 años era de 0.783%.
Como referencia, el diferencial entre estos instrumentos, desde 2011 hasta el 20 de febrero de 2020, era de 428 puntos base, de acuerdo con datos de Bloomberg.
Otro elemento que ha ampliado el diferencial entre la deuda mexicana y estadounidense ha sido “la falta de coordinación en el actuar de la Reserva Federal y Banxico. Éste último actuó apenas el pasado viernes, al bajar su tasa de interés, lo que impulsó las tasas mexicanas de largo plazo a la baja, reduciendo ese diferencial”, comentó Gonzalí.
Un recorte en la tasa de interés hace que los bonos en circulación ganen atractivo entre inversionistas, lo que baja el rendimiento y eleva el precio, ya que las nuevas colocaciones de deuda no ofrecerán tasas tan elevadas como las existentes.
En marzo, la Reserva Federal tuvo dos reuniones de emergencia, y recortó su tasa referencial en 150 puntos base, para ubicarla en un rango de 0.0 y 0.25%, mientras que Banxico solo aplicó un recorte de 50 puntos base, para dejar su tasa en 6.50%.