Dinero, poder, intriga, manipulación. Esas son algunas caras que tienen los mercados financieros y que han sido plasmadas en series y películas, a veces de manera exagerada y otras apegadas a la realidad.
Películas como Inside Job y The Big Short acentúan qué tan profunda y compleja fue la crisis que estalló en el 2008 en Estados Unidos y que llamó todos los reflectores con la quiebra de Lehman Brothers, una de las instituciones financieras de más prestigio fundada en 1850.
La codicia es otra de las facetas recurrentes que se plasman en la pantalla chica y grande cuando hablamos de Wall Street, el mercado financiero más grande y popular del mundo. Boiler Room, Dirty Money (en específico el capítulo Short Drug) y Wall Street -considerada una película clásica- son reflejos nítidos de hasta dónde pueden llegar codicia y manipulación.
Las batallas de inversionistas activistas y empresas también han sido llevadas a la pantalla. Betting on Zero muestra la pelea de Bill Ackman, CEO de Pershing Square Capital, contra la empresa de suplementos alimenticios Herbalife, a la que acusa de ser un esquema piramidal.
Si de personajes se trata, Wall Street tiene sus propias figuras, por ejemplo, Warren Buffett, CEO de Berkshire Hathaway, cuya historia desde su niñez hasta convertirse en el ‘Oráculo de Omaha’ y uno de los hombres más ricos del mundo es narrada en este documental de HBO.
En época reciente, Elizabeth Holmes saltó al centro del escenario al crear una empresa -Theranos- que alcanzó una valuación cercana a los 10,000 millones de dólares. Wall Street tenía grandes expectativas y reconocidos fondos de inversión le entregaron cientos de millones de dólares, pero su fracaso fue una llamada de atención para recordar que no todo lo que se establece en Silicon Valley es sinónimo de éxito.