El año que termina será recordado en buena medida por el enorme descontento social que fue evidenciado por diversas protestas a nivel mundial.

Los mexicanos y el resto del mundo siguieron con interés movimientos en Francia, Chile, Venezuela y Hong Kong. Sin embargo, este año también vieron el nacimiento de tres movimientos importantes cuyas protestas parecen destinadas a extenderse hacia 2020.

1.- Líbano: detrás de las protestas contra impuestos a Whatsapp

Las protestas en el país de Medio Oriente comenzaron el 17 de octubre, después de que el gobierno anunciara su intención de aumentar los impuestos a gasolina, tabaco e incluso llamadas telefónicas a través de servicios como Whatsapp.

“El impuesto a Whatsapp fue la cereza del pastel, y fue anunciado una semana después de que Líbano sufriera incendios forestales que nuestro gobierno no estaba preparado para enfrentar. – cuenta Selma Zaki, estudiante libanesa – El impuesto fue señalado como el evento que causó la revolución, pero este no es el caso(…) esta es sólo otra forma en que el gobierno estaba siendo irracional y financieramente opresivo”.

A finales del mismo octubre el movimiento consiguió la renuncia del Primer Ministro Saad Hariri, pero las protestas continúan en busca de consultas parlamentarias para la formación de un nuevo gobierno independiente, que además persigue la renuncia de toda la clase política.

Los manifestantes se mantienen optimistas, pero existe cierta incertidumbre. “Estamos a la mitad de esto y es difícil ver claramente. El proceso, como todo cambio, es complicado y da un poco de miedo porque no sabemos cuál será el desenlace y algunos de nuestros países vecinos han luchado por el cambio sólo para encontrarse en peores condiciones”, explicó Zaki.

“Extraordinaria escena en Beirut #Libano esta noche: la plaza de protesta se ha convertido en una gran cena de Navidad.

Video de gente reunida en el centro alrededor de un árbol de navidad que lleva una bandera y la palabra “Revolución”.

2.- India: la problemática relación de Modi y los musulmanes

En agosto de este año, el gobierno de Narendra Modi decidió eliminar el estatus especial y la autonomía limitada de la región de Jammu y Kashmir, el único estado con una población mayoritariamente musulmana.

La decisión llevó a una protesta inicial de 10,000 personas en Srinagar, la cual culminó con un enfrentamiento entre civiles y personal de seguridad del gobierno: un lado armado con piedras y el otro con gas lacrimógeno y balas de goma.

Durante los conflictos, que se extendieron hasta finales del mes de octubre, el gobierno realizó al menos 4,000 arrestos, auxiliado por una ley que le permite encarcelar ciudadanos hasta por dos años sin necesidad de un proceso legal. Además, se realizaron bloqueos a redes celulares y servicios de internet.

Las protestas tuvieron eco internacional, pero fueron silenciadas parcialmente a principios de noviembre, tras la oficialización del cambio de estatus de la región. Sin embargo, el país asiático salió una vez más a las calles durante el mes de diciembre, cuando se anunció una política gubernamental que ofrece amnistía a migrantes de Afganistán, Pakistán y Bangladesh, siempre y cuando sean parte de minorías religiosas, y no musulmanes.

Este conflicto ha generado protestas de grupos que ven la ley como una política discriminatoria, pero también de ciudadanos que ven la amnistía como un peligro para la integridad del país y que creen que podría “llenarse de migrantes”. Hasta el momento, los enfrentamientos han provocado al menos diez muertes.

3.- Tailandia: la oposición alza la voz

El pasado 14 de diciembre Thanathorn Juangroongruangkit, el líder del partido de oposición Futuro Hacia Adelante, llamó a una manifestación pacífica para exigir reformas que permitan una mayor democracia. Asistentes al evento calcularon una afluencia de unas 5,000 personas, aunque el partido dice haber reunido cerca de 10,000.

Durante el mitin, Juangroongruangkit dijo a los asistentes que se trataba sólo de una prueba piloto, y que representaba el inicio de un movimiento más grande que comenzará a fraguarse el próximo mes.

Sin embargo, catedráticos tailandeses dudan que las protestas puedan crecer al tamaño que espera la oposición, dada la popularidad de la milicia entre los ciudadanos mayores de 50 años.

El movimiento difícilmente sacará del poder a Prayut Chan-o-cha, que se instaló mediante un golpe de estado militar en 2014, pero expertos advierten que las continuas dificultades para alcanzar las metas económicas y la persecución de las figuras más importantes de la oposición podrían provocar un descontento social y sacudir la seguridad del actual régimen.

El objetivo principal de Futuro Hacia Adelante es el impulso de reformas constitucionales que limiten la influencia del ejército. En entrevistas realizadas este año, su líder ha manifestado que no vislumbran otra estrategia para tener éxito en esta misión además de la resistencia pacífica.