Los acordes psicodélicos de la música de Pink Floyd y sus reconocidos álbumes Dark Side of the Moon y The Wall no han sido suficientes para que la banda logre concretar la venta de sus catálogo a cambio de 500 millones de dólares

Son diversos los obstáculos que han intervenido en la venta del legado de la banda británica. En primera instancia está la constante inflación que ha desencadenado una subida importante en la tasa de interés por parte de los bancos centrales para contenerla, lo que ha llevado a los inversionistas a tomar mayores precauciones.

Hipnosis Songs, uno de los compradores más agresivos, está siendo controlado por sus socios financieros

La tardanza para concretar la transacción está jugando en contra para la agrupación, debido a que la lista de postores se ha ido reduciendo conforme las negociaciones se alargan, al tiempo que el valor estimado del catálogo también lo hace.

El colocar un precio muy elevado a su obra también puede ser una de las causas por las cuales aún no se ha vendido. Situación que ya ha sucedido este año con los intentos de venta de Concord Music, Roundhill Music, Anthem, Tempo y BMI. 

Pese a todo, la venta aún no está del todo perdida, pues Sony y BMG  aún se encuentran en la carrera. Pink Floyd aún tendría una oferta por 400 millones de dólares y existe un comprador que constantemente se comunica con los vendedores. 

Leer más: Blackstone en conversaciones para comprar el catálogo de música de Pink Floyd

Desacuerdos internos

Si bien existen causas externas, los malentendidos internos parecen pesar más en la falta de un acuerdo

Conforme los potenciales compradores obtuvieron más detalles sobre lo que realmente estaba en venta, las valoraciones se cayeron. 

La banda vendía sus grabaciones, así como los derechos de uso de su nombre, imagen y semejanza, sin embargo, los derechos de algunas canciones expiran en aproximadamente 20 años, al menos en Reino Unido.

Además, las aprobaciones necesarias para licenciar una canción para un comercial o una película se podrían complicar si se considera que Roger Waters abandonó la agrupación en 1985 y demandó a sus antiguos compañeros Gavid Gilmour y Nick Mason, quienes han seguido haciendo giras y sacando discos con el nombre de Pink Floyd. 

Leer más: Bruce Springsteen vende a Sony su catálogo musical por 500 mdd

Con información de Bloomberg