Panamá habilitó este lunes un inconcluso y cuestionado hospital, construido por una empresa del empresario mexicano Carlos Slim, para atender enfermos de COVID-19, en medio de un repunte de contagios y una angustiosa espera por la vacuna del laboratorio Pfizer.
“Recibimos este edificio con todas las comodidades, con toda la tecnología y con 300 camas para atender a pacientes con COVID-19”, declaró el presidente de Panamá, Laurentino Cortizo, durante el recorrido de inauguración.
Además de las camas -85 para cuidados intensivos- las instalaciones tienen aparatos de ultrasonido portátiles, equipos de radiología convencional y consolas con acceso a oxígeno, según las autoridades.
El centro sanitario está ubicado en la denominada Ciudad de la Salud, un complejo hospitalario a las afueras de Ciudad de Panamá cuyas obras, salpicadas por presunta corrupción, fueron detenidas en 2015 por la empresa española Fomento de Construcciones y Contratas (FCC).
Esta compañía, controlada por Slim, ganó en 2011 una licitación del seguro social por 554 millones de dólares para construir la obra.
El proyecto incluía 17 edificios con más de 1,700 camas, medio centenar de quirófanos y 300 consultorios en unos 220,000 metros cuadrados, pero los trabajos fueron suspendidos por presuntas irregularidades en la edificación y los materiales empleados.
Por la paralización de la obra la compañía de Slim reclama ahora 125 millones de dólares y la finalización del contrato, pese a que aún falta un tercio de los trabajos.
Sin embargo, y pese a las disputas, la multinacional española permitió la habilitación de una parte del inconcluso hospital para atender a enfermos por COVID-19, según informó este lunes a AFP el director de la Caja del Seguro Social, Enrique Lau.
En España, la justicia imputó a FCC por presuntamente pagar en Panamá sobornos por 82 millones de dólares en varios proyectos, incluida la Ciudad de la Salud.