Las nuevas reglas de carga pública que Donald Trump está impulsando para modificar políticas sociales y migratorias podrían afectar el flujo de remesas a México en el corto y mediano plazo, advirtieron expertos.

El primer impacto, seguramente será, que los inmigrantes tendrán dificultades para entender las nuevas reglas, que son bastante complicadas. Esperamos que muchas familias decidirán dejar de recibir beneficios sociales, o nunca pedirlos, por miedo a consecuencias migratorias por la Carga Pública

Julia Gelatt, Analista Política Senior, Migration Policy Institute

La ley exige que los ciudadanos extranjeros confíen en sus propias capacidades y los recursos de sus familias, patrocinadores y organizaciones privadas en sus comunidades para tener éxito, dijo el director interino de los Servicios de Ciudadanía e Inmigración de los Estados Unidos (USCIS), Ken Cuccinelli, en una conferencia de prensa en la Casa Blanca.

Sin embargo, “el Congreso nunca ha definido el término ‘carga pública’ en la ley y ese término no había sido claramente definido por la regulación. Eso es lo que cambia hoy con esta regla”, agregó.

La ‘carga pública’ será ahora definida como un inmigrante que recibe uno o más beneficios públicos designados por más de 12 meses, dentro de cualquier periodo de 36 meses. 

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La nueva política fue hecha oficial el lunes por la tarde y comprende la negación de green cards a inmigrantes que hagan uso de servicios de salud pública, vales de comida, vales de vivienda y otras formas de asistencia pública que pudieran representar un costo al erario.

En el caso de los vales de comida, los hispanos serían uno de los grupos más afectados, pues el 27.3% de los hispanos nacidos en Estados Unidos, el 26.2% de hispanos no ciudadanos y el 18.3% de hispanos naturalizados se benefician de estos apoyos.

Gelatt advirtió que es complicado medir el “enfriamiento” que sufrirá la participación en el Programa de Nutrición Suplementaria Asistida (SNAP), pero existen datos que otorgan cierta claridad: un estudio del Children’s HealthWatch del Centro Médico de Boston reportó a finales del año pasado una disminución del 10% en solicitudes de madres con cinco o menos años de vivir en Estados Unidos, como consecuencia del miedo a las medidas migratorias de Trump.

De acuerdo con el Center on Budget and Policy Priorities, en 2016 los hogares latinos (de los cuales los mexicanos representan alrededor del 62%) recibieron 16,000 millones de dólares en apoyos a través de SNAP.

Para el hogar promedio, esto representó un alza del 29% en su poder adquisitivo.

La falta de estos apoyos podría mermar el flujo de remesas a México, pero Roberto Hernández, internacionalista de Fes Acatlán, cree que el impacto no será pronunciado.

(Una de las razones) es el número de trabajadores que hay en Estados Unidos: hay alrededor de 37 millones de trabajadores mexicanos o de origen mexicano. El Bureau of Labor estima que alrededor de 15 millones carecen de visa. Creo que el impacto de estas medidas, e incluso si incluímos las redadas, será muy relativo

Roberto Hernández, internacionalista de Fes Acatlán

La propuesta también tendrá un impacto en la forma en la que se aprueban las green cards, de las cuales los mexicanos representaron el 12.82% de las aplicaciones exitosas entre 2012 y 2016.

Bajo el modelo de carga pública, los oficiales de migración tendrán mucha discrecionalidad para decidir si esa persona tiene altas probabilidades de convertirse en un “cargo al erario” en el futuro. Los migrantes mexicanos, en general, tienen niveles educativos más bajos e ingresos por hogar más bajos que otros países, por lo que podrían ver un impacto desproporcionado

Julia Gelatt, Analista Política Senior, Migration Policy Institute

Las nuevas reglas han sido criticadas por beneficiar a migrantes más acaudalados y otorgar a los oficiales de migración la posibilidad de rechazar la entrada a un mayor número de personas por distintas razones subjetivas.

“Esta regla ya es parte del manual en el Departamento de Estado. Hay datos que muestran un mayor número de mexicanos rechazados a través del DoE, y es una muestra de lo que podría pasar a nivel nacional”, dijo Gelatt.

Entre octubre del año pasado y julio de este año, el Departamento de Estado rechazó 12,179 solicitudes de visa de migración, entre ellas 5,343 solicitudes mexicanas. El número total de rechazos en 2016 fue sólo de 1,033.