La alianza entre Irán y Venezuela se fortalece con la inauguración del primer supermercado iraní en en la capital del país sudamericano. El acto es visto como un desafío directo a las sanciones impuestas por Estados Unidos.

El nuevo mercado Megasis se estrenó el 30 de julio en la Caracas, Venezuela, sobre los terrenos de un mercado estatal expropiado hace 10 años a una cadena franco-colombiana por el gobierno del entonces presidente Hugo Chávez, de acuerdo con una nota publicada por la agencia de noticias AP.

Al evento privado asistieron funcionarios del gobierno venezolano, personal diplomático de Irán y empresarios, según imágenes e información de una cuenta de un órgano gubernamental venezolano. Se prevé que iniciará operaciones esta semana.

El empresario que está al frente de Megasis es Issa Rezaei, que maneja una cadena de 700 supermercados en su país de origen y que está asociado con empresarios venezolanos para este proyecto sin dar más detalles. También se desempeña como viceministro de la industria en Irán.

En declaraciones difundidas en Twitter, Razaei dijo que “nuestro objetivo es comercial”, y anunció que también está comprando productos venezolanos como mango, piña, ganado y madera para llevar a Irán.

Añadió que los intereses económicos no conocen de restricciones o imposiciones para el libre comercio.

El embajador iraní en Caracas, Hojjatollah Soltani, dijo que Teherán “tiene pleno derecho de aprovechar el libre comercio, el libre tránsito, tener una relación ganar-ganar”.

Después de la llegada a la presidencia de Hugo Chávez en 1999, Venezuela e Irán iniciaron varios proyectos de cooperación en el área comercial, agrícola, industrial y energética, los cuales incluyeron la instalación de una fábrica de vehículos iraníes que no prosperó.

Para abastecer el supermercado, Irán mandó en junio al país sudamericano el buque Golsan, cargado de alimentos, casi un mes después del arribo de los tanqueros iraníes Fortune, Forest, Faxon, Petunia y Clavel, los cuales transportaron 1.5 millones de barriles de combustible y aditivos que ayudaron a solventar parte de la severa escasez de gasolina que enfrenta el país desde marzo.

Las autoridades locales sostienen que la falta de combustible es consecuencia de las sanciones que impuso Estados Unidos a la industria petrolera venezolana desde 2019 para presionar a Nicolás Maduro a dejar la presidencia.

No obstante, analistas políticos y opositores al gobierno aseguran que la escasez es consecuencia de la paralización parcial del sistema refinador venezolano por fallas técnicas y eléctricas, la ausencia de inversión y el aplazamiento de los programas de mantenimiento.