La inflación de Turquía rozó el 70% interanual en abril, según datos oficiales anunciados, lo que socava la capacidad adquisitiva de los hogares y las opciones de reelección del presidente Recep Tayyip Erdogan en 2023.

Las promesas del gobierno y la reducción del IVA en productos de primera necesidad anunciados a principios de año no han contenido la progresión de los precios, que aumentaron 7.25% durante el mes de abril hasta llegar a una inflación interanual de 69.97%, la más alta desde febrero de 2002.

El incremento de precios del consumo es continuo desde hace 11 meses y superó el 61% interanual en marzo, debido al hundimiento de la lira turca y el encarecimiento de la energía.

A pesar de los temores de una inflación más grave debido al conflicto ruso en Ucrania —que exportan a Turquía energía y cereales—, el banco central no ha aumentado sus tasas de interés, las cuales se encuentran en 14% desde finales de 2021.

El presidente Erdogan, que estima que tasas de interés elevadas favorecen la inflación en contra de lo estipulado por las teorías económicas clásicas, obligó de hecho a la institución a reducir las tasas del 19% al 14%.

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Inflación, en el centro del debate 

La inflación se encuentra en el centro del debate público en Turquía a 15 meses de la elección presidencial prevista en junio de 2023 y la oposición acusa a la Oficina Nacional de Estadística de subestimar la realidad.

Erdogan prometió en enero devolver la inflación a valores inferiores al 10% “lo más rápido posible” y la semana pasada aseguró que “empezará a ralentizarse a partir del mes de mayo”.

Una hiperinflación alargada en el tiempo puede repercutir en la popularidad del presidente, que construyó sus éxitos electorales de las últimas dos décadas en sus promesas de prosperidad económica.

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