El número de muertos en el mundo por COVID-19 superó los 500,000 este domingo, según datos de la Universidad Johns Hopkins, un hito sombrío en una pandemia que parece resurgir en algunos países, mientras otras regiones todavía lidian con la primera ola de la enfermedad.

El nuevo coronavirus ha sido particularmente letal en los ancianos, aunque personas de menor edad y niños también están entre los 500,321 decesos y los 10.072 millones de casos reportados.

Si bien la tasa general de mortalidad se ha aplanado en las últimas semanas, expertos en salud han expresado su preocupación por un número récord de casos nuevos en países como Estados Unidos, India y Brasil, así como por rebrotes en partes de Asia.

Más de 4,700 personas mueren cada 24 horas debido al COVID-19, según cálculos de Reuters basados ​​en un promedio del 1 al 27 de junio. Eso equivale a 196 personas por hora, o una persona cada 18 segundos.

Alrededor de una cuarta parte de todas las muertes hasta ahora han sido en Estados Unidos. El aumento reciente en los casos ha sido más pronunciado en un puñado de estados del sur y oeste que reabrieron antes y de manera más agresiva sus actividades comerciales.

El número de casos en Latinoamérica superó el domingo a los diagnosticados en Europa, lo que ubica a la región como la segunda más afectada por la pandemia, después de América del Norte.

En México, según datos de la Secretaría de Salud, hay 216,852 casos confirmados de COVID-19, 4,050 más que el sábado, es decir, 170 personas por cada millón de habitantes. El número de fallecidos aumentó en 267, a 26,648.

La primera muerte registrada por el virus fue el 9 de enero, un hombre de 61 años de la ciudad china de Wuhan que compraba habitual en un mercado que ha sido identificado como la fuente del brote.

En solo cinco meses, el número de muertes de COVID-19 ahora es igual a la cifra de personas que mueren anualmente de malaria, una de las enfermedades infecciosas más mortales.

La tasa de mortalidad promedio es de 78,000 por mes, en comparación con las 64,000 muertes relacionadas con el SIDA y los 36,000 fallecidos por malaria, según cifras de 2018 de la Organización Mundial de la Salud.