La deuda pública del Reino Unido superó el umbral de los dos billones de libras por primera vez, a fines de julio, lo que muestra el impacto brutal de la pandemia de COVID-19 en la economía.
Esta situación ha llevado al gobierno a advertir de futuras “decisiones difíciles” como aumentar los impuestos o reducir algunos gastos públicos.
Las finanzas públicas británicas se deterioran a gran velocidad debido al costo de las medidas de ayuda a la economía frente a la crisis sanitaria.
El mes pasado, la deuda se estableció en 2.004 billones de libras (2.61 billones de dólares, 2.2 billones de euros), anunció este viernes la Oficina Nacional de Estadísticas (ONS); es decir, 100% del Producto Interior Bruto (100.5%), hecho inédito desde 1961.
El gobierno invirtió miles de millones de libras para mantener a flote la economía desde el confinamiento, especialmente en un dispositivo de subsidios de desempleo parcial.
Además, la enorme recesión causada por la parálisis de la actividad durante semanas redujo de forma considerable los ingresos fiscales, sin contar las reducciones de impuestos temporales dadas a sectores frágiles como el de los hoteles y restaurantes.
Por ello, el déficit público se disparó hasta niveles sin precedentes, hasta alcanzar los 150,100 millones de libras entre abril y julio (198,300 millones de dólares). Los expertos esperan que supere los 300,000 millones de libras en el ejercicio presupuestario de 2020-2021, que termina a finales de marzo.
“La crisis puso bajo enorme presión a las finanzas públicas mientras nuestra economía se ve afectada y tomamos medidas para apoyar a millones de empleos y a las empresas. Sin esta ayuda, las cosas habrían sido mucho peores”, aseveró el ministro de Finanzas, Rishi Sunak, en un comunicado publicado este viernes.
Repunte de la actividad en Reino Unido
Los economistas consideran que el déficit público aumentará aun más en agosto, con las últimos pagos del régimen de desempleo parcial para los trabajadores independientes, así como el financiamiento del programa de subvención de comidas a los restaurantes.
Pero a fines de octubre termina el desempleo parcial, con el riesgo no obstante de aumentar la ola de despidos que ya golpea al país.
Parece, sin embargo, que la economía británica comienza a recuperarse, como lo demuestra el incremento de la actividad desde la reapertura progresiva de comercios y fábricas.
En este sentido, la venta minorista aumentó 3.6% en julio, en un mes, superando el nivel de antes de la pandemia, según cifras publicadas el viernes por la ONS.