El primer ministro británico, Boris Johnson, dejó el Brexit en suspenso y en manos de sus 27 socios europeos, tras el rechazo este martes de su plan para implementar a fin de mes un acuerdo que paradójicamente obtuvo un primer respaldo de los diputados.
Johnson, quien acumulaba varios reveses desde que llegó al poder en julio, obtuvo un visto bueno preliminar a la legislación para implementar el acuerdo sobre la salida de su país de la Unión Europea (UE), que, contra todo pronóstico, alcanzó la semana pasada con Bruselas.
Por 329 votos contra 299, los mismos diputados que habían rechazado tres veces el tratado negociado por su predecesora, Theresa May, aprobaron seguir examinando el proyecto de ley que él presentó.
Era su primera victoria y parecía colosal, pero fue efímera.
El gobierno quería que el texto fuese adoptado contrarreloj en sólo tres días, para hacer efectivo el Brexit el 31 de octubre. Pero los diputados rechazaron por 322 votos contra 308 esta agenda acelerada.
Congratulándose de que “por primera vez en esta larga saga, esta cámara (…) se haya unido y aceptado un acuerdo”, Johnson dejó el futuro del proceso en manos de la UE.
Tres días antes, se había visto obligado por los legisladores a pedir a regañadientes una nueva prórroga de tres meses a la UE y sus 27 socios europeos deben decidir si otorgársela o denegársela con el riesgo de una dolorosa salida brutal del bloque.
“Saldremos con este acuerdo”
Tras la caótica sesión parlamentaria de este martes, Johnson anunció que llamaría a sus homólogo europeos.
Hablaré con los países miembros de la UE sobre sus intenciones” y “hasta que tomen una decisión, vamos a suspender esta legislación,
afirmó .
“Nuestra política sigue siendo que (…) deberíamos abandonar la UE el 31 de octubre” y “eso es lo que les diré”, afirmó.
Los 27 deberán decidir ahora si conceden un largo aplazamiento, que permitiría al país por ejemplo organizar elecciones para romper el bloqueo, o una corta prórroga técnica con la esperanza de que los diputados aprueben en las próximas semanas la legislación y el acuerdo de Brexit.
De un modo u otro, saldremos de la UE con este acuerdo, al que la cámara acaba de dar su consentimiento,
sentenció Johnson.
El presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, “está consultando a los líderes sobre la petición británica”, fue la parca reacción de la portavoz europea Mina Andreeva en Twitter.
“Un Brexit sin acuerdo no será nunca decisión nuestra”, había tuiteado previamente el propio Tusk. Pero, el ministro de Relaciones Exteriores francés, Jean-Yves Le Drian, dijo no ver “ninguna justificación en este momento” para una nueva prórroga.
“El futuro del país”
La agenda acelerada que los diputados rechazaron fijaba para este jueves por la noche la aprobación de una legislación muy compleja, con implicaciones para el país sin precedentes desde hace medio siglo, que normalmente tardaría semanas en ser examinada.
El experto Joe Owen, del centro de reflexión londinense Institute for Government, había ironizado señalando que la ley sobre el Brexit tendría menos tiempo de debate que la aprobada recientemente para proteger a los pocos animales salvajes que quedan en los circos británicos.
Muchos diputados, como la independiente Sylvia Hermon, exigieron conocer “en detalle” un largo texto publicado pocas horas antes, pidiendo “no ser tomados por tontos”.
En el poder desde hace menos de tres meses, Johnson intenta convocar legislativas anticipadas desde que en septiembre perdió la mayoría por la rebelión de 21 diputados conservadores.
Pero para adelantar los comicios necesita el respaldo de dos tercios de los diputados y la oposición se lo niega hasta estar segura de impedir una salida brutal a finales de mes.
Una tercera prórroga del Brexit, decidido por 52% de votos en el referéndum de 2016 e inicialmente previsto para el pasado marzo, debería permitir esos comicios so pena de alargar un proceso que parece interminable.
“Se está haciendo muy cansador para todo el Reino Unido”, decía a la AFP cerca del Parlamento Mike Purton, de 63 años, un directivo de telecomunicaciones jubilado que votó por el Brexit en 2016.
“Este es el futuro del país, indefinidamente, (…) así que creo que hay que examinarlo a fondo y si toma mucho tiempo, toma mucho tiempo”, afirmaba por su parte Jason Molloy, un artista de 40 años partidario de permanecer en la UE.